miércoles, 20 de octubre de 2021
«Con el dedo en el botón», por Alfredo BEHRENS

Por Alfredo BEHRENS, para SudAméricaHoy

Hace pocos días leímos espantados que, mediante un algoritmo, una empresa de software despidió a un tercio de sus colaboradores. ¡Por esto y por aquello, fuera!

Pero resulta que, si solo se admitiera en las empresas a los más capaces de alinearse con sus objetivos, ¿cómo ganarían su pan el resto, que parecen ser la mayoría? 

Hace cosa de medio siglo una conocida consultora administrativa vino con una cajita rectangular con nueve rectángulos que permitía clasificar a los empleados según su potencial y su desempeño. Alguien, siempre hay alguien, clasificaría a los empleados para asegurar que se retendrían preferentemente a los de mayor potencial y desempeño. Los otros serian expulsados cuando las circunstancias no permitieran tolerarlos.

O sea, aquella cajita era un proto algoritmo o algoritmo de almacenero. El de la empresa de software parecería algo más ácido, pero el objetivo y el resultado son mismos.

En aquella consultora, y en otras también, hay una cajita de esas. Probablemente también haya una en la empresa donde tú trabajas. No se apretará el botón de dimisión para los que están en la mira mientras se siga haciendo buen dinero y se pueda tolerar a los débiles.

Mientras tanto, los de mayor desempeño seguirán recomendando a la familia Sackler la mejor manera de disfrazar la venta remedios adictivos. También seguirán asesorando a sheiks que hacen picadillo de periodistas, o a Zuck y a las tabacaleras a como avasallar a sus clientes.

Ya vimos cómo se mide el desempeño. ¿Y el potencial? De alto potencial serían los aprendices de hechiceros. Los que aun verdes, prometen replicar los triunfos de los que mandan. O sea, el proto algoritmo de la cajita era una invención verdaderamente satánica porque se perpetúa.

Resulta que los desechados por la cajita a veces se abren camino a tiros. Tal vez sea por ahí que deberíamos comenzar a buscar las razones de la extrema violencia que caracteriz a América Latina; no en Colón (Q.E.P.D.), el Papa o en el Rey de España.