jueves, 7 de mayo de 2020
«On line», por Luli DELGADO

Por Luli DELGADO, para SudAméricaHoy

Todo comenzaba con un ruidito chillón que nos conectaba con el mundo. Había que darse prisa, porque la conexión estaba asociada a un número de teléfono y los impulsos sumaban a una cuenta que podía llegar a ser astronómica. Pero nos permitía revisar nuestros correos electrónicos, una novedad a la cual tenían acceso sólo aquellos que podían pagarse un computador.

La tecnología siguió su camino y poco a poco el modem fue sustituido por sistemas digitales más sofisticados, que no solamente abarataron los costos de comunicación, sino que nos permitieron otros lujos. ICQ fue uno de ellos, al que le siguió Skype, y si bien en su día causaron furor, con el tiempo acabaron por desinflarse.

Poco a poco fueron incorporandose nuevas herramientas, MySpace fue una de las primeras, con Orkut, a quien ni Google consiguió darle aliento, y que fueron superadas por K.O. por Facebook,  que ocupa hasta la fecha la pole position.

Pero Internet no nació apenas para comunicarnos. Los motores de búsqueda cada vez más sofisticados nos pusieron a disposición mucha más información de la que somos capaces de asimilar. Cada vez más, las versiones en papel de la comunicación cedieron su espacio a los sites de información, con la ventaja de tiempo real y la posibilidad de generar bases de datos mucho más efectivas.

Ya desde hace rato compramos y vendemos por Internet, casi no vamos al banco, subimos, mandamos y bajamos fotos, música, documentos, vídeos, y siga usted la lista.

En paralelo, la telefonía celular también fue avanzando, y de celulares pesados como ladrillos y cuyas baterías se descargaban mal uno salía de casa,  gracias a Steve Jobs, chinos y coreanos, cada día se fueron haciendo más accesibles y poderosos.

En 2009 nació WhatsApp, que llegó para quedarse, por ahora al menos, porque dos años más tarde los chinos se salieron con WeChat, que hace mil cosas más, aunque a cambio parece que tienes a Xi Jinping respirándote detrás de la oreja.

Al mismo tiempo que WeChat, otro chino pero éste un dropout de Cisco, Eric Yuan se salió con Zoom.us porque tenía una novia lejos y entonces, se propuso a crear una plataforma digital que le permitiera una opción en vídeo a su contacto con la amada.

Yuan ahora ya casado con ella y padre de tres hijos, es uno de los hombres más ricos del planeta. 

Con la cuarentena  y la imposibilidad de participación presencial en reuniones, Zoom.us saltó de 11 millones de usuários por día a casi 300 millones. Que levante la mano quien no ha usado esta herramienta.

Claro que este universo fantástico ofrece sus riesgos, y hackers y virus aparecen cuando menos se esperan para desesperar nuestro cotidiano, especialmente en estos días de cuarentena, cuando el tráfico del ciberespacio se ha disparado.

Pero puestos a escoger, esos vírus son bastante más complacientes que los que pueden invadirnos el organismo y al cual hemos quedado expuestos por estos días.

Y eso sí, ¡que no se nos caigan las redes!