lunes, 22 de marzo de 2021
«Rompecabezas», por Luli DELGADO

Luli DELGADO, para SudAméricaHoy

Con esto de la pandemia y el quédate en casa, retomé mi vieja afición por los rompecabezas, ahora a disposición en una app de mi celular.

A medida que comienzo a armarlo, me convenzo nuevamente que cada rompecabezas es un compromiso con la paciencia y la capacidad de ser resiliente.

Si pierdes cualquiera de estas dos cosas, no hay más juego. 

Yo comienzo por los bordes y poco a poco me voy familiarizando con cada una de piezas, que en un primer momento no quieren decir nada, pero a medida que avanzas ya las vas conociendo.

Muy importante: si una pieza no encaja, no importa lo que hagas, que NO va a encajar.

Es bueno ir trabajando por partes y no crear un caos de piezas sueltas, pero de vez en cuando vale la pena verlo en perspectiva, animarte con lo que ya has logrado, y pensar cual es el área siguiente.

No hay que olvidarse que la diversión de un rompecabezas está en el proceso de armarlo. Hay quien después los manda a montar, pero la pura verdad es que cuando pones la última pieza,  se acabó el juego. Lo miras un poquito en detalle y te acuerdas de la fulana pieza que se negó a aparecer hasta el final, pero igual ya la rueda se ha cerrado.

Lo curioso es que en minutos estás otra vez en el app a ver qué otro rompecabezas tienes a disposición. Allí vuelves a empezar un nuevo juego.

Ahora bien, si su paciencia y resiliencia los ha traído hasta aquí, creo que van a estar de acuerdo commigo que armar un rompecabezas tiene un innegable parecido con lo que es nuestra vida. En cualquiera de nuestros capítulos, el esquema es el mismo.

Lo más importante desde el comienzo es el compromiso de ir hasta el final, de comenzar por la estructura básica para después ir incorporando otros detalles, de entender que cuando algo no cuadra, pues simplemente NO cuadra, que hay veces en que debes poner las cosas en perspectiva, para reconfortarte con lo que has logrado y animarte a seguir adelante, considerando en que lo que cuenta es lo que va pasando por el camino. Por último, cuando logras tu objetivo, te llenas de orgullo y sales a ver qué otro juego puedes armar.

¿Qué les parece? ¿El parecido e innegable, o son devaneos del largo encierro?

Ustedes me dicen…