sábado, 15 de febrero de 2014
Montevideo se sube a la bicicleta
BICI_URUGUAY

El 2% de la población de la capital uruguaya emplea la bicicleta como medio de transporte habitual

 Montevideo. Efe/SAH

Mediante ciclovías y un sistema de préstamo de bicicletas públicas, Montevideo aspira a convertirse en una ciudad amigable con los amantes del pedal. El objetivo es sacar partido a este medio de transporte barato y ecológico como hacen tantas otras ciudades en el mundo, sobre todo en Europa. Según el arquitecto Juan Vespa, encargado del Plan de Movilidad de Montevideo, dependiente de la Intendencia Municipal, las unidades a préstamos estarán disponibles a mediados de mayo y junio en las calles de la Ciudad Vieja, antiguo núcleo de la urbe y que se caracteriza por sus calles angostas y algunas en cuesta.
Un total de cien bicicletas públicas se instalarán en esa zona, repartidas en ocho estaciones y con un punto de atención al usuario, explicó Vespa.

La primera media hora de su uso será gratuita y después se fijará un precio que irá aumentando cada treinta minutos. Además de este sistema, se construirá una ciclovía diferenciada y separada del resto de carriles en dos de las calles, se prohibirá usar la bicicleta en las vías peatonales y se intentará evitar en las zonas que concentran mayor tráfico de transporte colectivo. No es el primer carril bici de la capital uruguaya. En septiembre pasado se lanzó un Bici Circuito Universitario que conecta varias facultades de la Universidad de la República (estatal) mediante ciclovías y zonas de velocidad restringida
Está previsto que el circuito se amplíe gracias a las propuestas votadas por los ciudadanos como parte del presupuesto participativo de la ciudad. Pese a estos esfuerzos, Vespa reconoció que en Montevideo existe «poca infraestructura» dedicada a la bicicleta, y las vías especiales habilitadas actualmente «son soluciones aisladas y poco conectadas».

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Montevideo cuenta actualmente con 11,3 kilómetros de ciclovía permanente

Algunos ciclistas denuncian además bicisendas mal señalizadas, peatones que caminan por encima de las ciclovías o vehículos que no respetan las velocidades máximas en estos circuitos, según indicó uno de los integrantes de la organización civil Masa Crítica de Montevideo, Gerardo Wuhl.
El segundo domingo de cada mes, Masa Crítica se reúne en el Obelisco, en el cruce de dos céntricas avenidas de Montevideo, para decidir conjuntamente su itinerario y salir a pedalear todos juntos, con el objetivo de visibilizar la «chiva» (apodo con el que se conoce popularmente a la bicicleta) como medio de transporte alternativo. «Casi todos los uruguayos tienen bicicleta, pero no se animan a usarla en la ciudad porque es inseguro», señaló el activista, para quien si hubiese más ciclovías, el uso de las bicicletas crecería «de forma exponencial». «Por cada bicicleta que se utilizase, habría un coche menos en las carreteras, lo que simplificaría el tráfico» en Montevideo, una ciudad cuyo único sistema de transporte público son las líneas de autobús, ya que carece de redes de metro, tranvía o trolebús.

Wuhl también se refirió a la medida, implantada en algunos países europeos, de incentivar económicamente a quienes acudan pedaleando a su puesto de trabajo. «Los trabajadores que se desplazan en coche o moto son más propensos a padecer problemas de salud derivados del sedentarismo, lo que a la larga provoca un gasto para el sistema de salud del país», recordó además Wuhl, que sin embargo cree que en Uruguay «no hay una mentalidad adecuada» para acoger incentivos de esa índole. Además de estas ventajas, el colectivo uruguayo Ciclovida destaca en su web una reducción de la contaminación atmosférica y acústica en la ciudad que supondría la sustitución gradual de vehículos a motor por bicicletas.

Montevideo cuenta actualmente con 11,3 kilómetros de ciclovía permanente, y 2,5 kilómetros de ciclovía recreativa, parte de ellos ubicados en la Rambla de más de 20 kilómetros que rodea la ciudad a orillas del Río de la Plata, según datos del informe «Biciciudades» elaborado en 2013 por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El documento revela además que el 2% de la población de la capital uruguaya emplea la bicicleta como medio de transporte habitual, un porcentaje similar al de las grandes capitales latinoamericanas, como Bogotá y Buenos Aires.