Por Ignacio PERALES

Se fue con una certeza reconocida, «No tengo queja con mi vida». Partió con una única añoranza, «Me faltó tener un hijo pero eso ya no tiene remedio». Hasta poco antes reconocía, «Me sigue gustando pararme y que la gente me esté escuchando, que me aplaudan. Es un vicio». Tenía 92 años. Se fumó la vida a bocanadas de cigarrillos. Devoró, sin atragantarse, más de medio centenar de guiones y  libretos de teatro. Tenía alguna costumbre extraña,»Le gustaba invitar a desayunar como quien te invita a comer a su casa», recordaba Graciela Borges. Concepción «China»  Zorrilla, actriz, uruguaya con rasgos de argentina y un «humor de buena ley», se fue esta semana a contar mentiras «para hacer feliz a los demás» y, posiblemente, para escribir otro «Diario de viaje».  Hasta el reencuentro, la recordaremos con una sonrisa. Tal como era. Tal como es.

China en blanco y negro

China y el lenguaje de sordos

Biografía en 7 minutos

China al piano

La despedida del escenario

La otra despedida

«Esperando la carroza» (Película completa)