miércoles, 4 de julio de 2012
Cuando Mujica cambió el rumbo de la política exterior en Mendoza

Montevideo. El Observador. Foto: Telam

«Así no, Mercosur”. Esa frase, no es de ningún dirigente de la oposición uruguaya ni de algún legislador paraguayo. Por el contrario, la pronunció el canciller Luis Almagro, que ayer dedicó buena parte del día a argumentar en contra de la decisión adoptada por el bloque –con el apoyo final de su gobierno–  de permitir el ingreso –por la ventana– de Venezuela al Mercosur.Es que durante todo el jueves 28 y buena parte de la mañana del viernes 29, en la cumbre de Mendoza, el gobierno uruguayo defendió la hipótesis contraria a lo que sucedió. Presionado por Argentina y tras el cambio en la postura de Brasil, el presidente José Mujica cedió y decidió no aplicar el veto al consenso.Pero antes de ello hubo una disputa interna entre los diplomáticos uruguayos, que terminó con un gesto político fuerte: Almagro se fue de sala al momento de anunciar el ingreso de Venezuela.
El peso del embajador uruguayo en Argentina, Guillermo Pomi, fue la clave. Hubo un quiebre en la política exterior y por su cercanía con el presidente el embajador le terminó ganando la disputa al canciller.Pomi, según dicen en la Cancillería, es más kircherista que muchos funcionarios argentinos. Por eso, durante toda la cumbre, intentó convencer a Mujica que apoyara la posición de Argentina para favorecer el ingreso inmediato de Venezuela al Mercosur, según supo El Observador. Esa versión se condice con lo que informó ayer Océano FM. Según el programa No toquen nada, Pomi “le comió la oreja” a Mujica para convencerlo que no vetara la decisión de Argentina y Brasil. Finalmente lo logró.
Detrás de esa disputa puntual, además, hay celos personales entre Pomi y el canciller. El embajador se reporta muchas veces directamente al presidente, algo que en ámbitos diplomáticos no es bien visto.  Los rumores de un posible ascenso de Pomi si Almagro deja el cargo le suman puntos a esa disputa.Mujica ayer, en el Consejo de Ministros, asumió su total responsabilidad por el camino adoptado por el Poder Ejecutivo. En el gobierno argumentan que Uruguay no podía quedar vetando el ingreso de Venezuela  al bloque. “Se actuó bajo la interpretación de los mejores intereses nacionales para el cumplimiento de algo que ya estaba decidiendo el país”, dijo el prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa, al término de la reunión de gabinete que sesionó por la mañana en Suárez y Reyes.

El no que fue sí

De todas formas Almagro no fue el único en Mendoza, que con el gesto de salir de sala, demostró su malestar con la entrada por la ventana de Venezuela. Cuando la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner anunció en el Plenario esa decisión, Mujica se sentó en la segunda fila y dejó a Pomi representando a Uruguay, informó Subrayado. Consultado Almagro ayer en canal 4 sobre si esa postura del presidente también era un gesto político, el canciller contestó: “No estábamos muy contentos”. Almagro, según supo El Observador, tiene de todas formas el total respaldo del presidente.
En las reuniones previas de cancilleres del Mercosur, el jueves, las posiciones estaban divididas. El argentino Héctor Timerman presionaba por el ingreso de Venezuela. El canciller de Hugo Chávez, Nicolás Maduro también jugó fuerte. En ese momento Uruguay estaba en mayoría porque el canciller de Brasil, Antonio Patriota, al igual que Almagro se oponía.
Pero no solo en el gobierno de Uruguay  hubo un quiebre. Al otro día, cuando llegó la presidenta Dilma Rousseff, cambió la estrategia de Brasil. A primera hora del viernes, en el desayuno de trabajo pidió que la reunión pasara a ser reservada, según contó ayer Almagro. “Fue una propuesta de Dilma que quería decirle algo a los presidentes. Nos retiramos de sala los cancilleres. Ahí sale la declaración con estas dos variables: sumar más países al proceso de integración, apuntando al arco del pacífico (lo que proponía Mujica) y después este otro punto de un ingreso diferido al 31 de julio de Venezuela al Mercosur”, dijo Almagro en canal 4. De todas formas luego el canciller justificó la postura de Mujica. “El presidente en esa negociación cerrada hizo lo correcto. Porque la política exterior es política real.  Es realpolitik”, señaló.  Mujica el viernes, cuando recibió a los periodistas uruguayos en Mendoza, tampoco pudo justificar en términos políticos la decisión y la llevó al plano comercial. Almagro hizo lo mismo ayer. “Venezuela le da una nueva dimensión en términos políticos, económicos, energéticos, comerciales. Es una potencia continental y así lo reconocen todo. El Mercosur con petróleo tiene otro peso específico”, señaló el canciller.

La Triple Alianza

Si bien Uruguay siempre estuvo de acuerdo con la entrada de Venezuela al bloque –e incluso en la anterior cumbre promovió una para hacer entrar a los venezolanos sin el aval de Paraguay, medida que casi le cuesta un juicio político al entonces presidente paraguayo Fernando Lugo– una de las razones de la oposición actual al ingreso fue “el peso de la historia”, dijo Almagro. “Pesa lo que pasó con la Triple Alianza y es en el único punto en el que no podemos hacer realpolitik”, señaló.
El canciller se animó a dar su opinión personal sobre lo que pasó en Mendoza. Almagro, fanático de Nacional, comparó el ingreso de Venezuela de esta manera con la victoria que los tricolores obtuvieron en 2005 ante Rocha –que luego le dio el torneo a Nacional–  con un penal mal cobrado. “En términos políticos he estado pensando mucho en una carta abierta de Nicolás Etcheverry decano de la facultad de derecho de la Universidad de Montevideo cuando Nacional le gana aquel partido a Rocha (…) puso algo como ‘Así no Nacional’. Lo que he estado pensando es ‘así no Mercosur’. Pero es una posición de Almagro”, dijo el canciller.

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