domingo, 13 de abril de 2014
Valparaíso, fuego y desolación


Santiago de Chile. SudAméricaHoy/Efe

Michelle Bachelet arrancó el mes pasado el Gobierno con un terremoto y ahora le sorprendió un descomunal incendio, –el peor en cuarenta años-, en Valparaíso. Las llamas dejaron parte de la ciudad irreconocible y, de momento, quince muertos. Las causas se desconocen aunque, en principio, se descarta que haya sido provocado o por negligencia. Todo apunta a que el origen habría sido las chispas producidas al rozar, por la fuerza del viento, cables de alta tensión donde estaban posadas unas aves. El Gobierno chileno lamentó el desastre de la ciudad donde funciona el Congreso y el Senado, -a 120 kilómetros al noroeste de Santiago-, se solidarizó con las víctimas y puso en marcha un protocolo de ayuda.

El fuego no está totalmente sofocado. Los fuertes vientos no han favorecido y las estimaciones de los bomberos apuntan a que no será hasta dentro de un par de semanas que puedan declarar que lo que quedan son menos que rescoldos. Las llamas dejaron, además de los fallecidos, un saldo de doce mil damnificados, cientos de viviendas destruidas y una treintena de personas hospitalizadas. Presidentes de diferentes países se han solidarizo por la tragedia. Desde el español Mariano Rajoy al de Honduras, Juan Orlando Hernández, enviaron sus condolencias.

Las nuevas cifras fueron proporcionadas por la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) de Valparaíso y difundidas por el Canal 24 horas de Televisión Nacional.
El ministro del Interior en funciones, Rodrigo Ubilla, indicó que «el Gobierno lamenta la situación compleja que vive Valparaíso en la que han trabajado personal de la Armada, el Ejército, bomberos, efectivos de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), cinco helicópteros y miembros de la Defensa Civil».
En declaraciones en el Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo, Ubilla señaló que el incendio que afectó la parte alta de Rodelillo se trasladó al vecino cerro Los Placeres, donde varias personas fueron evacuadas, aunque bomberos informaron que el siniestro ya se había controlado. Asimismo, dijo que para terminar con el incendio que obligó, incluso, a cortar la ruta 68 que une a Santiago con Valparaíso, se desplegó un significativo número de recursos y que las autoridades regionales destinaron tres albergues para las familias que perdieron sus casas y enseres.
El incendio, que empezó la tarde del sábado se propagó rápidamente debido al fuerte viento que se genera en el sector costero que mira al Pacífico y en poco tiempo arrasó primero unas quince viviendas y luego un número incontable de inmuebles.
«La situación es dramática, tenemos un estado del tiempo, un alto grado de calor, un viento bastante fuerte, y diversos focos», señaló en su momento Jorge Castro, alcalde de Valparaíso, ciudad que es Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Por la noche, Castro confirmó que «la gente lo perdió todo; todo quedó en cenizas, todo fue consumido. Aquí solo quedó tierra y cenizas», acotó.
La Onemi, dependiente del ministerio del Interior, ante la gravedad del siniestro declaró «Alerta Roja» para los ayuntamientos de Valparaíso y Viña del Mar, mientras Chilquinta, distribuidora de energía eléctrica, decidió desconectar el suministro para que los bomberos desarrollaran con tranquilidad su trabajo.
El ministro Ubilla informó esa noche que el alto mando de Carabineros (policía militarizada) se comprometió a tener 600 hombres en la zona afectada con el fin de resguardar el sector y evitar desmanes o saqueos.
Al respecto, Ubilla desmintió que se hubieran registrado saqueos en las viviendas destruidas o que debieran ser desalojadas. «Carabineros me informó de sólo dos o tres robos pequeños y se comprometió a resguardar la zona afectada», aseveró.
No obstante, los propios vecinos afectados indicaron a medios radiales que en las primeras horas del incendio la presencia policial fue nula y fue así como delincuentes se dedicaron a cortar con navajas las mangueras que estaban utilizando los bomberos.
Las altas temperaturas que se han registrado en los últimos días en Valparaíso y los alrededores, además del fuerte viento que ingresa desde el océano Pacífico, contribuyeron a que el incendio se propagara con rapidez «de cerro a cerro», como señalaron los propios damnificados.
Por otro lado, Ubilla descartó, inicialmente, que el Ejecutivo fuera a decretar estado de excepción y emergencia en la región de Valparaíso. «No es necesario decretar estado de excepción ni de emergencia, estamos en ‘alerta roja’. Con esa modalidad todos los recursos se dirigen a la emergencia, en este caso Valparaíso», subrayó.