jueves, 20 de abril de 2017
María José Siri, la voz de Uruguay conquista Europa

Roma. Por Ernesto PÉREZ

María José Siri es una soprano uruguaya que está haciendo
furor en Italia y en el resto de Europa y se prepara para reinar en la Opera
de Roma donde del 19 al 30 de abril será la protagonista femenina de una
«Andrea Chenier» de Umberto Giordano con la «régie» del eminente cineasta
italiano Marco Bellocchio y dirección musical de Roberto Abbado.
María José Siri es ya una de las voces más reputadas del firmamento
lírico europeo. Acaba de inaugurar en diciembre pasado nada menos que la
temporada 2016/17 del prestigioso Teatro Alla Scala de Milán con una «Madama
Butterfly» de Giacomo Puccini en la versión original en dos actos, dirigida
por Riccardo Chailly, pero desde entonces ha cantado en marzo el Requiem de
Giuseppe Verdi en Florencia y el rol titular de «Manon Lescaut», también de
Puccini, en Turín y Ginebra y se apresta a repetir el rol de Maddalena di
Coigny de la misma «Andrea Chenier» pero en la Deutsche Oper de Berlín.
Y hasta fin de año seguirá moviéndose entre el San Carlo de Nápoles
(«Manon Lescaut» pero en la puesta en escena revolucionaria del niño terrible
de la escena teatral europea, David Livermore, en junio, e «Il trovatore» de
Verdi en julio), el Liceo de Barcelona («Un ballo in maschera» en octubre) y
el festival de Macerata y las Staatsoper de Viena y Munich (con «Madama
Butterfly» pero en la versón tradicional en tres actos) entre julio y enero
del 2018.


Siri descubrió su natural vocación vocal mientras estudiaba saxofón en
el ENAL de Montevideo (ella es de Canelones) y un día, equivocándose de
horario, quedó deslumbrada al entrar en una clase de canto y escuchó a una
soprano ensayar el aria «Convien partir» de «La hija del regimiento» de
Gaetano Donizetti.
Tras debutar en el Colón de Buenos Aires y tras ganar varios concursos,
Siri decidió probar su suerte en Europa («seguí a un bailarín argentino de
tango que me hizo conocer Verona donde ahora vivo» ha recordado siempre)
participando en el certamen «Montserrat Caballé» en Andorra, donde uno de los
jurados, la cantante Ileana Cotrubas le hizo ver que el belcanto no era el
más adecuado para su voz y la orientó hacia el repertorio verdiano,
pucciniano y verista, y la puso bajo su ala protectora y didáctica.
En «Andrea Chenier», uno de sus caballitos de batalla, su papel le reserva
el aria más bella de la ópera, «La mamma morta», pero en realidad debe
medirse con dos protagonistas masculinos, el poeta Andrea Chenier y su
amigo-enemigo Carlo Gérard, que interpretan dos debutantes en los respectivos
roles, el tenor norteamericano Gregory Kunde y el barítono italiano Roberto
Frontali.
Dirige un experto en el repertorio verista, Roberto Abbado, pero la mayor
atracción es la puesta en escena de un cineasta magistral como Marco
Bellocchio (I pugni in tasca, Vincere, L’ora di religione) que ya había
afrontado la «régie» operística con «Pagliacci» de Ruggero Leoncavallo y
«Rigoletto» de Verdi en un film para la televisión, ambientado en el mismo
palacio ducal de Mantua donde transcurre la acción.


«Siempre me apasionó la ópera desde que cuando era niño mi madre me
llevaba a teatro, me hacía escuchar la música y ella misma cantaba las arias
más famosas – declara Bellocchio en la conferencia de prensa de presentación
del espectáculo – y por otra parte la ópera figura en buena parte de mis
películas, desde mi debut con ‘I pugni in tasca’ de 1965, donde el
protagonista muere escuchando ‘Sempre libera’ de ‘La Traviata’ de Verdi».
«A mí me atraen siempre las cosas que no sé hacer y la ópera me obliga a
bajar de mi pedestal de director de cine, donde el que manda soy yo, y me
impone la humildad de ponerme al servicio del director de orquesta, que es el
verdadero autor de una representación operística» afirma Bellocchio.
«Es por eso que en mis’régies’ trato de seguir al pie de la letra el
libreto, sin tratar de imponer mi visión a la trama, porque me considero un
simple colaborador de un espectáculo donde cuentan sobre todos los músicos y los cantantes».