domingo, 17 de mayo de 2020
«Bebés por encargo en tiempos de Coronavirus», por Luli DELGADO

Por Luli DELGADO, para SudAméricaHoy

La pandemia puso en entredicho la lógica de muchas cadenas de suministros. Entre ellas, por bizarro que pueda parecer, la de fertilización, gestación y entrega en adopción de bebés.

Es el caso del Centro de Reproducción Humana BioTexCom, en Ucrania, volcado al comercio de barrigas de alquiler. Con la cuarentena y la consiguiente imposibilidad de viajar, se suspendió por tiempo indefinido de entrega de bebés en adopción.

Una de las grandes paradojas del mundo pre pandemia fue la coexistencia de quien apoyaba el aborto, my body, my choice, con quienes padecían la frustración de no poder tener descendencia.

Estos grupos, no necesariamente se enfrentaban, pero sin duda son un ejemplo de la pluralidad de voces existentes en nuestro mundo occidental con relación a cualquier tema, siempre en el acuerdo políticamente correcto de que cada quien tiene derecho a su pensar.

Ante la oportunidad de lucrar atendiendo la demanda por bebés de los progenitores frustrados, Albert Totchilovski, o Albert Man, como se hace llamar, creó en Ucrania la clínica BioTexCom, una empresa de adopción de bebés por encargo, con oficinas de representación en Madrid y Barcelona.

El paquete de servicios de alquiler de vientre, con precios entre 29.900 euros para la versión básica, hasta 49.000 euros en su versión VIP, permitían escoger el sexo del bebé, poner a disposición a mujeres con experiencia previa en subrogación, y servicios de criada y chofer para quien los quisiera contratar durante su estadía en Ucrania para la fertilización in vitro.

El comercio de recién nacidos no tardó en convertirse en un escándalo, cuando surgió a la luz que los pagos de este servicio se hacían a través de paraísos fiscales para burlar el fisco ucraniano, amén de la constatación de falsificación de documentos e incompatibilidad genética entre los padres donantes y los bebés ofrecidos.

Mucho se escribió sobre este asunto, y varias asociaciones de adopción recomendaron fuertemente no acudir a este centro.

Ahora, con las fronteras cerradas y la suspensión de vuelos, hay cien recién nacidos esperando por adopción y más con fecha de nacimiento para los próximos meses. Sus padres biológicos, a miles de kilómetros de distancia, además de los problemas de viajar a buscarlos, enfrentan una situación legalmente dudosa.

¿Qué será de estos bebés y de sus padres? ¿Qué será de todos nosotros? ¿Adónde iremos a parar?