miércoles, 9 de diciembre de 2020
«De que vuelan, vuelan…», por Lui DELGADO

Por Luli DELGADO, para SudAméricaHoy

En estos días nos enteramos de que unos pilotos, mientras contaban burros extraviados en el desierto de Utah, habían encontrado un monolito de metal que nadie pudo a ciencia cierta explicar cómo había llegado ni quién podría ser el autor.

La palabra ”alienígena” inmediatamente entró en escena, y corrió por las redes todo tipo de especulaciones.

A pesar del sigilo que las autoridades pretendieron mantener, los curiosos se las ingeniaron para descubrir exactamente la ubicación del local y comenzaron las visitas.

Hasta que días después el monolito desapareció. Esta vez, unos visitantes reportaron que un grupo de cuatro hombres se lo había llevado.

Cuando se estaba asentado la polvareda, apareció un segundo monolito, esta vez en California, pero días después fue vandalizado.

Y para levantarle más las cejas a quienes ya las tenían levantadas, apareció un tercer monolito en el interior de Rumania.

Ya, a estas alturas, hubo quienes desempolvaron el film «2001: Odisea del espacio», realizado en 1968 por Stanley Kubrick (1928-1999) y trajera al tapete la famosísima secuencia del monolito que aparece en la África Pre histórica y deriva en el lanzamiento de un hueso que disuelve a una nave espacial, todo en lo que se considera la sinopsis más larga de la historia del cine.

Ahora se reporta un nuevo monolito aparecido en Colombia, concretamente en Cundinamarca, y otro en la región rusa de Tula.

Los monolitos han ido y venido de la prensa y las redes todos estos días, generando las controversias que caben a estos casos, pero con la enorme ventaja de que por un rato nos han hecho cambiar de los temas que nos tienen tan exhaustos.

De que vuelan, vuelan!