domingo, 15 de noviembre de 2020
«El destino de un corazón», por Luli DELGADO

Por Luli DELGADO, para SudAméricaHoy

En lo que podría haber sido un transporte de helicóptero más, esta semana apareció la noticia de un helicóptero que volaba con destino al hospital de Keck en Los Ángeles, California, que casi llegando a destino y por motivos todavía no del todo claros, tuvo un accidente justo sobre el helipuerto.

El estruendo del accidente causó una gran confusión tanto en el hospital como en sus alrededores, a lo que se agregaron las consabidas sirenas que “musicalizan” casi todas las situaciones de emergencia,  y las voces de los protagonistas del corre-corre en consecuencia, todo registrado primero en los celulares de los presentes y luego por las cámaras de los noticieros.

A ver si nos ponemos de acuerdo: en el aparato viajaban el piloto, dos profesionales de salud, y un corazón destinado a un transplante. Entonces viene la pregunta: cuántos seres vivos venían a bordo, ¿eran tres, o eran cuatro?

El caso es que felizmente todos sobrevivieron, el piloto con heridas leves y los médicos ilesos.

En cuanto al corazón, tampoco sufrió lesiones con el accidente, y una vez más salió airoso de la caída que sufrió el funcionario del hospital que lo trasladaba a su destino.

Cosas de la Providencia, o cosas que pasan, como lo prefiramos llamar, en el interior del hospital había una persona cuya vida dependía del desenlace de este incidente. Nos cuentan que el transplante fue realizado con éxito, pero supongo que fueron momentos de particular tensión, considerando todo lo que sucedió.

Personalmente me gustó mucha esta noticia, primero por su final feliz,  y además porque me transportó a lo que ahora parece ser la antigua normalidad. Leerla fue como volver a comienzos de año, y considerando  el palo que nos hemos llevado estos meses con los titulares de prensa, me produjo una alegría enorme: hubo un accidente y el único que sufrió daños de consideración fue el helicóptero!. ¡Bravo!

Y, perdonen la insistencia, pero nuevamente pregunto: ¿cuántas vidas lograron salvarse?.

O mejor, ¿cuántos corazones?