viernes, 12 de enero de 2018
«PPK cambia la partitura de su Gabinete pero no la música», por Ignacio PERALES

Por Ignacio PERALES, para SudAméricaHoy

Gobierno nuevo y problema, sino viejo del pasado año.El indulto de Pedro Pablo Kuczynski al ex presidente Alberto Fujimori sigue provocando la ira de numerosos sectores de la población. La designación de un nuevo Gabinete no ha logrado apaciguar los ánimos de la gente que no olvida los abusos del hombre que protagonizó un autogolpe en 1992 y dejó sembrado el terreno para perpetuarse aunque no lo logró.

Los peruanos le reconocen su determinación para acabar con las huestes de Sendero Luminoso, quizás el movimiento terrorista más cruel de la historia (las Farc le seguían en la lista). También por las mejoras que hizo en la economía pero no le perdonan su corrupción, esterilizaciones a mujeres del altiplano, asesinatos como los de «Barrios Altos» o la universidad de La Cantuta. Tampoco olvida el peruano los otros muertos, el espionaje, los chantajes, los «vladivideos», la violación de las urnas y sus mentiras. La primera fue sobre su lugar de nacimiento. Inmigrante japonés de niño llegó en barco a Lima. «El chino», como se autodenominaba en las campañas electorales, falsifico su acta de nacimiento. De no hacerlo, por Constitución, jamás hubiera alcanzado la Jefatura del Estado. Fujimori fue incapacitado pero antes dimitió por fax desde Japón.

Aquellos episodios no parece que los peruanos estén dispuestos ni a olvidarlos ni a perdonarlos. A PPK le espera un futuro, como a su antecesor, Ollanta Humala, turbulento. Cambiar los rostros del Gobierno fue un acierto pero, de ningún modo, le garantiza una gestión en paz y armonía.

Lima.

Los campesinos tampoco quieren a PPK