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Discurso de Gabriel Boric
Por Alex FERGUSSON, para SudAméricaHoy
Los decretos recientes, emitidos por la directiva de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), así como los discursos, propuestas y acciones de los líderes oficialistas, muestran con toda claridad el talante de la ANC, sus propósitos y prioridades.
El decreto presidencial que convocó la ANC, estableció los siguientes objetivos:
• Reafirmar los valores de la justicia, ganar la paz y aislar a los violentos en una constituyente para la paz.
• Ampliar el sistema económico venezolano para dejar un sistema económico post petrolero.
• Constitucionalizar las misiones y grandes misiones creadas
• La justicia, el sistema judicial y penitenciario, la guerra contra la impunidad, el terrorismo, el narcotráfico. Aumentar las penas para una justicia severa.
• Constitucionalizar las comunas y los consejos comunales para llevarlos al rango constitucional más alto por ser nuevas formas de la democracia participativa y protagónica.
• La defensa de la soberanía nacional y el rechazo al intervencionismo.
• Nueva espiritualidad cultural y venezolanidad, el carácter pluri cultural y la identidad cultural.
• Derechos y deberes sociales, educativos y culturales de la juventud venezolana.
• El cambio climático, el calentamiento global y la sobrevivencia de la especie en el planeta.
No obstante, hasta ahora, todas las decisiones tienen que ver con la llamada Comisión de la Verdad, la cual parece ser el instrumento para el logro del objetivo 1 y parte del 4, en lo que se refiere a “aumentar las penas para una justicia severa”.
El conjunto de acciones tomadas hasta la fecha: inhabilitación política y autos de detención contra los principales Alcaldes opositores; amenaza de prisión para los miembros de la AN electa en 2015; destitución de la Fiscal General de la República; persecución a los más destacados dirigentes de la MUD y su inhabilitación para participar en las elecciones regionales con tarjeta propia; amenaza de una nueva ley que penaliza la protesta con penas de hasta 25 años de cárcel; amenaza de castigo hasta con 15 años de prisión para todos los que participaron en lo que ahora denominan “crímenes de odio”; prisión para los que derribaron árboles para usarlos como obstáculos en las calles, bajo el término de “crímenes ecológicos”, y otras amenazas varias; parece indicar que la Paz que la ANC se propone lograr es más del tipo de la “paz de los sepulcros”, y que la citada Comisión de la Verdad no es más que una versión posmoderna de la santa inquisición.
Mientras tanto, para atender los asuntos relacionados con la mayor calamidad de los venezolanos, es decir, la más grande crisis económica en la historia del país, (objetivo 2), solo se ha anunciado la creación de una Comisión de Economía -presidida, por cierto, por un personaje sin calificación en la materia- pero aún no se sabe cuándo comenzará a funcionar y cuál es su agenda. Sobre ese aspecto, el que más nos afecta, se ha dicho muy poco y no se ha tomado ninguna acción.
El resto de los objetivos están en “pausa límbica”. Para algunos bastará un artículo en la nueva constitución, para otros habrá que esperar mejores tiempos.
Así pues, en vista del anuncio de que el presidente de la República será quien presente la propuesta definitiva del texto de la nueva constitución, para que la ANC la apruebe por unanimidad –y probablemente sin discusión-, sus propósitos se habrán reducido a ser el ejecutor del desmantelamiento de la dirigencia opositora, el instrumento para acallar la protesta por la vía de la represión legalizada y de la sumisión del pueblo al mejor estilo del “mar de la felicidad cubano”.
He allí la Paz que se pretende, una en la cual el gobierno tendrá el monopolio de la violencia. He allí el talante de “cazador de brujas” de la ANC, de aplicar justicia severa (inhibir, quebrar y desmovilizar) a sus enemigos, como propósito principal.
Los demás asuntos: el saqueo de más de quinientos mil millones de dólares por parte de empresas fantasma asociadas al gobierno; los obscenos negociados con las importaciones y obras inconclusas; la ominosa deuda externa; la dilapidación de las reservas de oro; la incompetencia burocrática; el narcotráfico que nos puso en el radar del mundo; las torturas y otras importantes violaciones a los derechos humanos; el desate de la delincuencia; la inflación de 1.200 % inter anual; la escasez del 75 % de los productos alimenticios, medicamentos y de casi todo lo demás; la quiebra del sistema de salud pública; el racionamiento permanente del agua potable; la entrega de nuestros recursos naturales -el Arco Minero- y la acumulación de pasivos ambientales por malas prácticas en la explotación de los recursos minerales no renovables, así como la pérdida de más del 40% de nuestros bosques; pueden esperar, entre 2 y 6 años más !!