miércoles, 2 de junio de 2021
«Argentina, contexto político», por Roberto STARKE/Kike BORBA

CONTEXTO POLÍTICO

Por Roberto STARKE / Kike Borba (STARKELABS)

La disputa entre el “albertismo” y el kirchnerismo se mantiene y está presionando fuertemente al presidente Alberto Fernández (AF). El “albertismo” no es una corriente interna propiamente lanzada, sino que su existencia es un fenómeno natural que se debe básicamente a las diferencias entre ambos sectores de la coalición oficial y se profundiza día a día por la presión del kirchnerismo sobre el presidente. Es una regla en política: si no se elige al adversario, el adversario termina eligiéndolo a uno.

Los kirchneristas ya no están tan obsesionados con el ex presidente Mauricio Macri (MM), el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta (HRL), o la oposición en general. Sus enemigos son ahora el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Club de París y los sectores financieros internacionales aliados, que están presionando para llegar a un acuerdo. El factor más importante en ese acuerdo es nada menos que el ministro de Economía, Martín Guzmán.

El ministro se ha convertido en la pieza clave de AF en el tablero de las disputas de poder. Guzmán busca un acuerdo transitorio con los acreedores externos, lo que comienza a inquietar a los kirchneristas por el grado de exigencias que puede tener ese acuerdo.

LAS PRESIONES SOBRE UN MINISTRO CLAVE

Como hemos comentado en reportes anteriores, jugadores del sector financiero alientan a Guzmán para que permanezca en su cargo. Sin duda, van a intentar hacerle alguna concesión para que su posición se fortalezca y, consecuentemente, también se afirme la figura de AF en la presidencia.

Los kirchneristas advierten esta posibilidad y por eso atacan al presidente y al ministro soterradamente. Saben que no pueden abrir un frente de batalla y correr el riesgo de que el ministro deje su cargo en este momento. Su debilitamiento y un eventual portazo puede perjudicar al Gobierno en general, mucho más en un año electoral como este.

Pero no ahorran presión sobre el ministro. Ahora dicen que “tiene apetencias políticas personales”. Sin duda, su objetivo hoy es sobrevivir y salir airoso de este difícil momento. Como todo ser humano, no quiere terminar vencido y mucho menos irse desgastado. Pero de ahí a tener ambiciones políticas, hay una distancia. Es posible que en el futuro eso cambie, si Guzmán logra un acuerdo y eso termina consolidando su posición.

Los mismos protagonistas de Wall Street dicen que el oficialismo muestra dificultades en tejer una posición uniforme sobre la deuda. A los sectores financieros internacionales, al Club de París y sobre todo a los técnicos del FMI les preocupa esta división en el seno del Gobierno con la presencia activa de los sectores kirchneristas más duros en contra de un acuerdo con el Fondo.

La conversación entre la Canciller alemana, Ángela Merkel y Alberto Fernández fue amistosa pero Merkel sólo se limitó a acompañar formalmente el pedido de apoyo de la Argentina, no a impulsarlo. En tanto, Japón tiene una actitud de mucha mayor desconfianza.

No obstante, Guzmán está seguro de poder obtener una dispensa por parte de los organismos financieros internacionales y ganar tiempo, postergando el pago que vence la semana próxima. Si lo logra, retomará la iniciativa frente al sector más duro del Gobierno.

Hoy, el ministro de Economía está solo dedicado al frente financiero externo y ha decidido dar un paso al costado en materia de política económica diaria. Ha decidido no confrontar, porque sabe que en ese terreno hoy son fuertes sus adversarios, especialmente el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y la militancia kirchnerista.

Silenciosamente, el ajuste económico de Guzmán sigue su curso. Esto preocupa mucho a los sectores kirchneristas y comienza a inquietar a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Respecto de la inflación, las asignaciones familiares cayeron alrededor de un 14%; las jubilaciones y los salarios públicos, 6%; las transferencias a las provincias se redujeron 21% y el presupuesto público para las universidades bajó el 27%. Estas cifras comienzan a inquietar a los sectores de la coalición gobernante, que pretenden ganar holgadamente las elecciones de noviembre. Probablemente en la segunda parte del año el ajuste se relajará.

No fue casualidad que el documento llamado “Proclama del 25 de Mayo”, suscripto por los sectores kirchneristas más opositores a Guzmán, haya sido dado a conocer precisamente ese día. El texto impulsa la suspensión de pagos de capital e intereses al FMI, mientras se extienda la exigencia sanitaria. Buscan que el gobierno argentino se declare en default, aunque sea temporariamente. El documento se conoció horas antes de la conversación del presidente con Merkel. Alberto Fernández debe haber acusado el golpe de una crítica tan intensa por parte de su propio frente político. Esto impacta fuertemente en los mercados. La pregunta que se hacen algunos es si este grado de presión sobre el presidente y su ministro puede durar tanto tiempo, y cómo afectará esto finalmente al Gobierno en general y a las decisiones que tiene que tomar en el frente externo en particular.

LA ARGENTINA EN EL EXTERIOR

La política exterior argentina sigue generando dudas en los asesores sobre temas hemisféricos al presidente de los Estados Unidos (EE.UU.), Joe Biden. Las continuas contradicciones en algunas instancias los desconciertan. Las expresiones personales de Alberto Fernández en sus conversaciones con funcionarios norteamericanos muchas veces condicen con las acciones que el Gobierno implementa en materia de política regional.

Por eso, con motivo de la asunción del presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, se produjo en Quito una reunión entre el canciller argentino, Felipe Solá, y tres funcionarios clave de la administración Biden: la embajadora ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Linda Thomas-Greenfield y las ya reiteradas figuras de Julie Chang y Juan González, ambos vinculados al Consejo Nacional de Seguridad de EE.UU.

La reunión resultó una suerte de interrogatorio al canciller Solá, fundamentalmente sobre Venezuela, un tema que sensibiliza a la administración Biden por sus repercusiones regionales.

En el marco de una conferencia sobre medio ambiente en Italia, Fernández mantuvo una conversación con el ex secretario de Estado John Kerry, enviado especial del presidente Biden, donde Kerry le habría manifestado alguna preocupación sobre el tema. Después de esa charla, Solá se limitó a decirle a los funcionarios norteamericanos que, en materia de derechos humanos, la Argentina sigue la línea de las Naciones Unidas y que era vital que Estados Unidos hiciese un gesto para que la oposición venezolana participe de las próximas elecciones regionales.

Los funcionarios norteamericanos dijeron públicamente que “tomaron nota” de estas consideraciones. Sin embargo, en una conferencia de prensa que mantuvieron con periodistas latinoamericanos, manifestaron que las elecciones en ese país del pasado 18 de mayo eran ilegítimas, y agregaron que no reconocen al gobierno de Nicolás Maduro y sí, en cambio, al presidente provisional, Juan Guaidó.

Reiteraron también que van a centrarse en acciones humanitarias, y que las negociaciones con el gobierno de Maduro deben ser concretas, irreversibles y limitadas en el tiempo, para llevar a elecciones libres y justas en ese país. Dijeron: “vamos a ponerle presión al régimen” , en forma muy clara y contundente.

Estas exigencias están lejos de lo que el Gobierno argentino argumenta en forma pública y aún mucho más distantes de los sectores ultra kirchneristas que hoy consideran al gobierno de Maduro como legítimo.

En tanto, el embajador argentino ante China, Sabino Vaca Narvaja, también se ocupó de fijar una serie de posiciones que pueden llegar a irritar al gobierno norteamericano: son momentos sensibles en las negociaciones con los Estados Unidos, tanto con el FMI como en materia de vacunas.

En una entrevista periodística, Vaca Narvaja dijo que China es clave para la recuperación del país, y alentó a establecer con los chinos una relación inteligente, con independencia de la postura de los EE.UU. También hizo una apología de la tecnología 5 G, y señaló que la agenda bilateral plantea la profundización de una alianza “estratégica integral” entre la Argentina y China. No es una simple coincidencia que las declaraciones públicas del embajador en China se produzcan en estos momentos, sino que evidentemente alientan en resaltar diferencias.

LAS OPCIONES DE HORACIO RODRIGUEZ LARRETA

Mientras tanto, en la oposición todavía no hay un liderazgo claro y unificador. Horacio Rodríguez Larreta está en una situación compleja, dado que tiene que mantener una relación relativamente armónica con el Gobierno y, al mismo tiempo, responder a las crecientes exigencias de su frente interno.

La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, quedó descolocada con sus declaraciones en torno a la relación del gobierno con el laboratorio Pfizer, aunque por su personalidad decidió doblar la apuesta.

En la oposición existe la decisión de que las cuestiones en torno a las futuras candidaturas tienen que definirse cuanto antes. Para el sector cercano a Larreta, es un hecho que la ex gobernadora María Eugenia Vidal se va a presentar en la Ciudad de Buenos Aires, y que eventualmente la interna en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias sería entre Vidal y Bullrich.

El candidato en la Provincia de Buenos Aires será el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, y lo va a secundar en la lista nada menos que la cofundadora de Cambiemos, Elisa Carrió. Esta decisión ya es casi un hecho, porque piensa que los tiempos se están agotando.

Horacio Rodriguez Larreta cuenta además con un aliado circunstancial, pero muy interesante. El Papa Francisco nombró asesor a uno de los encargados de la urbanización de las villas de emergencia de la Ciudad: Juan Maquieyra, un destacado joven que se dedica al tema social.

Maquieyra fue designado como uno de los directores de la escuela política “Fratelli Tutti”, que crea la fundación del español Antonio Sola con Scholas Occurrentes. Francisco también nombró a Lucía Abboud, otra ex funcionaria del gobierno de Macri. La movida del Papa ha marcado un hecho político significativo no solo para Larreta sino para el arco oficialista en general.

Por su parte, la contracara a Larreta en la oposición, el ex presidente Mauricio Macri, va a continuar insistiendo con la posibilidad de tener una posición importante en la designación de candidatos. Macri apadrina a Bullrich, pero también está muy interesado en poner candidatos en el interior del país, fundamentalmente en Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Entre Ríos, la franja donde Juntos por el Cambio y el PRO obtuvieron resultados fuertemente positivos en las elecciones del 2019.

La agenda de los próximos días seguirá marcada por las tensiones internas dentro del gobierno en relación al ajuste económico y el FMI, y la diferenciación que busca tener Larreta en el manejo de los temas relacionados con la pandemia, más en línea con el sentir de los comerciantes y sectores productivos, y padres de chicos en edad escolar. Alberto Fernández sigue buscando mantener el equilibrio cada vez más inestable que, pese a sus esfuerzos, lo separa de su mentora.

(STARKELABS)