domingo, 30 de abril de 2017
Argentina y el mundo, Autismo, Asperger y TEA

¿Qué es el trastorno del espectro del autismo?
Claves para comprender la neurodiversidad y así mejorar la
calidad de vida familiar

Por Matías CADAVEIRA
Jefe de Clínica de TEA y Asperger de @INECOArgentina

El  1 por ciento de la población mundial padece Transtorno del Espectro Autista, también conocido por sus siglas, TEA. En Argentina se estima que cerca de 400.000 personas responden a este diagnóstico en el que se incluye a los pacientes con síndrome de Asperger. Es hora de que la sociedad, los colegios y las instituciones, conozcan quienes son, sus diferencias y cómo reconocer a estos hombres, mujeres y niños con los que conviven, en muchos casos, sin tener conciencia de ellos. Es hora, también, de romper con los mitos  establecidos que se escuchan a diario sobre las personas con TEA, más producto de la desinformación que de la realidad.

Los trastornos del espectro autista (TEA) son un grupo de modificaciones del neurodesarrollo que se identifican por alteraciones en la comunicación social y en el patrón de comportamientos e intereses. Este espectro no reconoce fronteras, género, sexo, color, religión ni ninguna otra diferencia y afecta a 1 de cada 68 nacimientos.
El cuadro clínico de los TEA aparece como una influencia de múltiples factores, incluyendo el genético, pero en la mayoría de los casos aún no se ha logrado identificar una única causa que explique su origen. De lo que sí se tiene certeza es que afecta la forma en que las personas piensan, sienten, se comunican, se relacionan y procesan la información. En la actualidad, el síndrome de Asperger es considerado también una manifestación leve dentro de los trastornos del espectro autista.
Si bien no hay estudios que reflejen cifras exactas, en la Argentina se considera que el autismo, como sucede en el resto del planeta, afecta a 1 de cada 68 nacimientos (CDC, USA 2012). Hasta ahora, según las estadísticas, se daba con mayor frecuencia en el sexo masculino que en el femenino (4:1), pero esta tendencia está cambiando. Sobre todo, en los cuadros de Asperger femenino.


Aunque existen muchas teorías aún no se conoce, con precisión, qué causa el autismo y por qué, año tras año, la población mundial aumenta. Lo que está claro es que el diagnóstico precoz y la atención temprana son factores decisivos en el desarrollo de las niñas, niños, adolescentes y adultos con TEA.
Los diagnósticos pueden ser difíciles de realizar debido a que no existen estudios médicos, como un análisis de sangre, que permita detectarlo de forma inmediata y determinante. Para llegar a un diagnóstico concreto, los médicos y psicólogos especializados, realizamos diferentes pruebas y observamos  el comportamiento y el desarrollo del niño.
En la actualidad, con una evaluación diagnóstica adecuada y un inicio temprano del tratamiento, muchos síntomas del autismo pueden reducirse, mejorando notoriamente la calidad de vida de la persona con TEA y la de su familia. Las últimas investigaciones indican que una intervención temprana en un entorno familiar, terapéutico y educativo apropiado, puede traer aparejado mejoras significativas para muchas personas con trastornos del espectro autista.


En este contexto, la colaboración de los colegios podría ser de gran ayuda. La mayoría de los docentes desconoce y no reconoce, a un chico con rasgos suaves de TEA/Asperger. Sería deseable que la totalidad de los centros educativos tuviera sus puertas abiertas a charlas anuales que facilitaran, en especial a los docentes, las herramientas adecuadas para identificarlos. De esta forma se evitaría que estos chicos vivieran una infancia y adolescencia de amargo o dramático recuerdo. La falta de información suele hacer que sus compañeros y profesores se pierdan en su mundo, que es el mismo de todos y, de un modo u otro, terminen apartándoles. La marginación y el bulling se alternarán entonces  con la etiqueta de mal educados, incapaces o incorregibles como si fueran rebeldes o ausentes sin causa. Nada más lejos de la realidad.

CONFÍE EN SUS INSTINTOS
En las familias tampoco es fácil apreciar cuando alguno/a de sus integrantes está desarrollando alguna condición dentro del espectro TEA /Asperger. Eso si dificulta, sobre todo cuando la persona no posee rasgos muy pronunciados. Si tiene alguna preocupación al ver cómo su hijo juega, aprende, habla, actúa o se mueve, la primera medida es consultar con su pediatra pero, recuerde,  usted conoce mejor que él -y que todos- a su hijo/a. Sus inquietudes, la información que le pueda facilitar al médico y los detalles son importantes. De este modo, usted y su pediatra podrán encontrar la mejor forma de ayudar al niño o la niña. Si no se siente cómodo con sus consejos, no terminan de convencerle sus observaciones o indicaciones, no dude ni espere, busque de inmediato una segunda opinión. El tiempo es oro y reaccionar pronto puede marcar la diferencia en la vida de su hijo/a y en la de toda su familia.

RECONOCER LAS SEÑALES DE ALARMA
Los niños con TEA no viven ni están en otro mundo. Su mundo, es el mismo que el del resto de la humanidad pero, a veces, puede que necesiten de ciertos apoyos para superar los desafíos que les colocan en un rincón de la vida. Algunas de las características o “señales de alarma” pueden ser difíciles de comprender y detectar cuando se desconoce esta condición, o se tienen preconceptos negativos sobre el autismo.

A LOS 12 MESES
-Un niño con desarrollo típico voltea su cabeza cuando escucha su nombre.
Un niño con TEA puede que no voltear su cabeza ni establecer contacto visual cuando lo llaman, incluso después de repetir su nombre varias veces, pero sí responde a otros sonidos.
A LOS 18 MESES
-Un niño con dificultades en la comunicación o con retrasos en la adquisición del lenguaje verbal, señala con el dedo, hace gestos o expresiones faciales para compensar por su falta de habla.
Un niño con TEA puede no hacer intentos para compensar su falta de lenguaje verbal o puede limitarse a hablar imitando o repitiendo lo que oye en la televisión o lo que acaba de oír (ecolalia) sin poseer, en ocasiones, finalidad comunicativa.

A LOS 24 MESES
Un niño con desarrollo típico trae un imagen, juguete o fotografía para mostrarles a sus padres o cuidadores y comparte la alegría que le causa con ella.
Un niño con TEA puede acercar un objeto o un juguete a modo de pedir ayuda, pero sin establecer contacto visual con sus adultos de referencia ni muestra alegría de jugar juntos.

Estar bien informado es la mejor manera de ayudar a las personas con TEA y a nosotros mismos porque la vida y la convivencia, se hace entre todos.