viernes, 27 de febrero de 2015
El Pro de Mauricio Macri, un curioso resultado de la crisis argentina de 2001

Macri y Larreta

Buenos Aires. Por Aldana VALES

 Propuesta Republicana (Pro), partido que gobierna la ciudad de Buenos Aires desde 2007, es un curioso emergente de la crisis argentina de 2001, cuando los argentinos gritaron «que se vayan todos» y renegaron de la clase política, según sostiene un nuevo libro que recorre la historia de esa fuerza.
Liderado por el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, el partido «pretende mostrarse como gente que decidió meterse en política para hacer algo distinto», explica el periodista Alejandro Belloti, coautor de «Mundo Pro (anatomía de un partido fabricado para ganar)».
El libro, que acaba de publicarse en Argentina, parte de un análisis realizado por los autores, además de Belloti, los investigadores Sergio Morresi y Gabriel Vommaro, que han estudiado durante años «nuevas derechas en Argentina».
Según Belloti, el Pro es un partido que nace de las cenizas de la grave crisis social y económica que atravesó Argentina en 2001, que también puso en jaque el sistema de representación partidaria.
Con esa impronta, se presenta como un partido de personas «que viene desde afuera de la política para solucionar los problemas de la gente».
En realidad, agregó, «los cuadros del Pro vienen de familias de formación y trayectoria política, pero encontraron una manera de presentarse así en un momento donde nadie quería ver políticos».
El uso de la palabra «gestión» en detrimento de «gobierno» y la suma de personalidades relevantes para la opinión pública con el objetivo de ganar «visibilidad» en distritos donde aún no está afianzado también forman parte de la estrategia del partido.
No obstante, la fuerza reconoce una debilidad en la fuerte figura de Macri como líder.
«La mesa chica del Pro quiere pasar a un partido sin una dependencia tan fuerte de Macri, pero hasta hoy él es el líder absoluto al que todos se refieren y escuchan», afirmó Belloti.
El libro desnuda los comienzos del espacio, cuando aún se llamaba Compromiso con el Cambio, y discusiones en el seno de la joven formación política, como las diferencias entre Macri y el hoy diputado Francisco De Narváez, cercano al opositor Frente Renovador.
«Él no quería ir solamente con el Pro de manera independiente, como sí quería Macri, sino que pretendía unas elecciones nacionales. Macri optó primero por una elección en el distrito para después saltar a nivel nacional. Todo parece indicar que la apuesta fue válida», agregó Belloti.
«El Pro es una especie de hermano latinoamericano del Partido Popular español. Tienen muchas similitudes. Macri siempre habla de su amistad con José María Aznar», explicó Belloti.
Nacido hace más de una década, el partido gobierna la capital argentina desde 2007, periodo en el que, según el autor «es notable el deterioro de la educación pública, de la salud pública» mientras crece el déficit de vivienda hasta convertirse en uno de los principales problemas de la ciudad.
Tras analizar la trayectoria de la formación, los autores concluyen que el espacio liderado con Macri «gobierna para sus votantes» y se presenta como un partido «accesible» con consignas con las que el electorado porteño medio se identifica: una ciudad «verde», alegre, festiva, con lugar para las nuevas espiritualidades.
Pero la empatía que el Pro consigue en Buenos Aires no tiene su correlato en el interior del país, donde para Belloti, «sí o sí tiene que tejer alianzas con otros referentes políticos».
«Eso es lógico y es lo que va a terminar definiendo su futuro político», concluyó el periodista.