jueves, 11 de febrero de 2016
El último que apague la luz
Diego Bossio con Cristina Fernández cuando era titular de la ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social)

Diego Bossio con Cristina Fernández cuando era titular de la ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social)

Carmen pequeñaPor Carmen DE CARLOS

El tiempo pasa volando para unos y a cámara lenta para otros. A Cristina Fernández de Kirchner le debe parecer que fue ayer cuando ninguno de los suyos se atrevía a meterle una coma en sus eternos discursos. La ex presidenta no debe entender bien cómo, en un abrir y cerrar de ojos, una docena larga de la tropa “K” ha renegado de ella.

Un ejemplo es Diego Bossio y sus amigos (o viceversa). Este grupo –con varios gobernadores “encolumnados”- le ha hecho a “Cristina” lo mismo que los Tupac Amaru a Milagro Sala: se acabó la plata y con ella el poder y la lealtad. Dicho de otro modo, la ideología proclamada era un espejismo de unos pocos. Milagro está en la cárcel de Jujuy sin campamento que la defienda ni multitud que la espere en las afueras del penal y “Cristina” pasa las hojas del calendario en su jaula dorada de Calafate, con los huéspedes de sus hoteles por amigos más cercanos. El miedo que irradiaban no es tanto cuando una está detrás de los barrotes y la otra a millas del poder.

Diego Bossio cuando era titular de la ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social)

Diego Bossio cuando era titular de la ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social)

Así las cosas, el proceso de descomposición del kirchnerismo sigue su curso deprisa y con pocas pausas. En apenas un par de meses, se puede decir que los “nac & pop” se han convertido en una melodía desafinada del pasado. Su bloque se hizo arena en el Congreso y el Frente para la Victoria parece que ya ni es frente ni tiene victoria que mostrar. Como mucho, la que pretende lograr Máximo Kirchner por un despacho en la Cámara Baja, algo que parece más un capricho de colegiales que un proyecto político.

En este escenario, tan propicio para los magistrados y la justicia, a los hombretones de la resistencia del barrio “K” los jueces han empezado a cursarles invitaciones que no pueden rechazar. A Guillermo Moreno, el que ponía la pistola sobre la mesa, repartía guantes de boxeo en los Consejos de Administración, arrojaba sillas e insultaba a ejecutivos (argentinos y extranjeros sin discriminar) le llegó la más reciente: otro procesamiento por su buen hacer mientras fue secretario de comercio.

El ex jefe de gabinete, Aníbal Fernández

El ex jefe de gabinete, Aníbal Fernández

El ex vicepresidente Amado Boudou, que de invitaciones de jueces -y de los otros- sabe mucho, dijo hace poco, en un gesto de apoyo en la Plaza de Mayo a Milagro Sala, que “a cada uno le tocará lo que le tenga que tocar”. Atento a esa frase, el ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, sintió que varios manos le palpaban el cuerpo. El narcotráfico (caso efedrina) y los tres muertos insisten en que sino es «la morsa», se le parece mucho aunque ahora se haya dejado la barba.

La lista de los muchachos “K” con invitaciones al banquillo se alarga día a día y hasta se pierde la cuenta. Los últimos en incorporarse son los sorprendidos por las cámaras secretas de la agencia de noticias Telam (equivalente a Efe en España, FP en Francia, Reuters en Gran Bretaña o AP en Estados Unidos). A imagen y semejanza de sus compañeros militantes de otros ministerios, los camporistas Juan “Yann” Santiago Dasso Freysz, María Inés Lopisi,  y Pablo Taricco, pusieron tanto interés en la mudanza antes de que se instalara la nueva Administración que pasaron del “Vamos por todo” a nos lo llevamos todo (día y noche).

Y «Cristina», mientras tanto, en el sur, a verlas venir y cruzando los dedos para que ni ella ni su Máximo reciban una invitación de la justicia. Todo llegará y posiblemente, antes de que el último apague la luz.

@CarmenDeCarlos