miércoles, 16 de agosto de 2017
Faraldo, un tenor argentino en la corte de Rossini


Por Ernesto PÉREZ, para SudAméricaHoy

Emmanuel Faraldo es un tenor lírico ligero argentino que
está afianzando una prometedora carrera en Europa y que podría tener por fin su oportunidad al participar en la prestigiosa Academia Rossiniana que se celebra en concomitancia con el Festival Rossini de Pesaro (ROF) y cuyo ensayo
de fin de curso es la interpretación de la cantata escénica “El viaje a Reims”.
Considerada una de las obras más difíciles del belcanto rossiniano, ya
de por si el más difícil de todos, hoy es la palestra donde se miden los
jóvenes cantantes de ópera llegados de todo el mundo a Pesaro, ciudad natal
del compositor.
“En realidad yo no soy técnicamente un tenor rossiniano y mi repertorio
más adecuado es el que va de Mozart al Donizetti más lírico, aunque
también estoy cómodo en la zarzuela, la opereta y hasta en la música
contemporánea”, declara Faraldo, 30 años y un físico agraciado, como está
de moda hoy entre los jóvenes cantantes.
Nacido en Trenque Lauquen, en la provincia de Buenos Aires, hijo de un
afinador de pianos, salido de la Universidad Nacional del Arte donde estudió
piano y dirección de coros, antes de darse cuenta que su destino era ser
cantante de ópera, Faraldo ingresó al Instituto Superior de Arte del Teatro
Colón donde antes de buscar fortuna en España interpretó un pequeño papel
en el estreno mundial de “Bebedom” del compositor argentino Mario
Peruzzo.
“Desde hace tres años vivo en Madrid, primero con una beca del Reina
Sofía y luego en el atelier de canto de Plácido Domingo en Valencia y he
perfeccionado mis estudios bajo la guía del barítono argentino Omar Carrión
y con el pianista Manuel Burguera que acompañara durante años a Montserrat Caballé”, declara Faraldo.

“Yo acabo de cantar el rol de Ernesto en el ‘Don Pasquale’ de
Gaetano Donizetti y para mi audición para la Academia me dieron para estudiar
el aria de ‘La Cenerentola’ que me permitió acceder al reducido grupo de
veinte cantantes que asistió a los cursos de Ernesto Palacio, director
artístico del ROF”, refiere el tenor argentino.
“A mí y al tenor ruso Ruzin Gatin nos eligieron para el rol principal
del Conde de Libenskof, celoso enamorado de la marquesa polaca Melibea, y dos
secundarios de Zefirino y Gelsomino que intervienen en contadas ocasiones,
participando en un acompañamiento coral” informa Faraldo.
Faraldo se lució con el hermoso y espectacular sexteto del primer acto,
“Si, di matti una gran gabbia”, pero mucho más en el único dúo amoroso
de la obra, “D’alma celeste, oh Dio!” con el que comienza el segundo
acto donde el tenor argentino galvanizó al público con sus pirotécnicos
sobreagudos.
“Decidí probar con la Academia Rossiniana porque a este festival, el
más importante del mundo en materia de belcanto, llegan directores
artísticos de todos los teatros, tanto de América y Europa como de Asia y
Extremo Oriente y aquí se hacen o se disuelven carreras”, afirma Faraldo.
Por lo pronto, el tenor argentino ya tiene contrato en octubre con el
Teatro de la Zarzuela de Madrid con la opereta “El cantor de México”, que
fuera caballito de batalla del inolvidable Luis Mariano y poco a poco se le
están abriendo las puertas de los más prestigiosos teatros españoles, desde
el Real de Madrid hasta el Liceo de Barcelona además de algunos importantes
de la provincia como el de Las Palmas de Gran Canaria.
Faraldo sueña con cantar en el Teatro Colón, coliseo mítico no solo
para los argentinos, pero solo como artista invitado.
“Cuando vuelva a Buenos Aires quiero hacerlo por la puerta grande, con
una carrera profesional afirmada” declara y no descarta en un segundo
momento irse a vivir a la patria de sus mayores, Italia, con su novia que,
como él, dispone de la doble nacionalidad ítalo-argentina.