martes, 27 de noviembre de 2012
Jesús Gracia: «Repsol incomoda las relaciones con Argentina»

MADRID. La Nación

La solución al conflicto nacido, en abril pasado, tras la expropiación de YPF anunciada por la Casa Rosada, sigue estando entre las urgencias de Repsol y del gobierno de Mariano Rajoy. Y tanto la presión como la ansiedad por encontrar una salida se vieron incrementadas, en ambas orillas del Atlántico, tras la celebración de la reciente Cumbre Iberoamericana de Cádiz, donde la resonante ausencia -con aviso- de Cristina Kirchner buscó ser minimizada por los gobiernos de ambos países en las horas previas al encuentro. En especial luego de que Rajoy dijera, en una entrevista con LA NACION, que no tenía «tan claro» que la presidenta argentina se excusara de concurrir a la ciudad española.

Pero para el gobierno español, la no participación de la jefa del Estado ya no es más que una anécdota. Así, por lo menos, buscan reflejarlo las palabras del secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Gracia Aldaz, que recibió a LA NACION en su despacho del barrio madrileño de Pinar de Chamartín.

«Tenemos que encontrar una solución, porque es una situación que incomoda en las relaciones bilaterales», asegura el alto funcionario del gobierno español, que no se muestra dispuesto a dejar que ninguna polémica distraiga la atención del Palacio de la Moncloa en su propósito de hallar una salida.

-¿Qué se perdió Cristina Kirchner al no asistir a la cumbre?

-Primero, hay que decir que excusó su asistencia y, de una manera muy sensible, llamó al presidente y al rey y manifestó la cercanía y su deseo de venir. Fue así y se lo agradecemos, que fuera de una manera cordial.

-¿Y qué se perdió?

-Se ha perdido un ambiente positivo y amable que se respiró en esta ciudad. Cádiz es una ciudad muy americana, y le dio un marco espectacular, positivo y agradable. Y el rey contribuyó a hacer de este clima algo familiar, con una gran cercanía personal. Eso ayudó a solucionar algunos pequeños problemas y malentendidos.

-¿Tuvo contacto con el vicepresidente Amado Boudou y con el canciller Timerman, que fueron a Cádiz en lugar de la Presidenta?

-Sí, hablé con el vicepresidente, a quien conozco desde cuando él era ministro de Economía y yo residía en Buenos Aires [fue hasta el año pasado ministro consejero en la embajada de España en la capital argentina], por lo que entonces llegué a tener trato personal.

-¿Hablaron sobre la expropiación de YPF?

-No hablamos con él sobre Repsol, pero sí hubo conversaciones entre los cancilleres García-Margallo [José Manuel] y Timerman [Héctor]. Y se habló de todos los temas allí, no sólo de la petrolera.

-¿Cómo evalúa la relación entre España y la Argentina ahora?

-Es una relación intensa y enorme en los dos sentidos. Entre nuestros ciudadanos, los argentinos y los españoles, aunque nos piquemos en algunas cosas, hay un caudal de relaciones de amistad y de familia tan grande que no se puede desperdiciar. Por eso hay que buscar los puntos en los que estemos de acuerdo y manifestar también nuestro desacuerdo en aquellos en los que tengamos diferencias y tratar, siempre, de encontrar una solución.

-¿Sirvió la cumbre para eso?

 

-La cumbre sirvió para mejorar y hacer un repaso de las relaciones bilaterales. Y en el caso de las acciones expropiadas a Repsol en YPF, tenemos que encontrar una solución, porque es una situación que incomoda en las relaciones bilaterales.

-¿La solución está más cerca?

-Yo creo que este buen clima, este buen ambiente de Cádiz, en el que pudimos hablar, dialogar, fue positivo para encontrar un camino. Y después de eso, a nuestro modo de ver, la empresa y el gobierno argentino tendrán que encontrar la forma de que ésta sea una solución que favorezca a la Argentina y a España.

-¿Ya no se percibe una «ruptura fraternal», como dijo el canciller García-Margallo luego de la expropiación?

-No le puedo comentar estas cosas. Lo que sí le puedo decir es que nosotros tenemos que tratar de trabajar para que las cosas funcionen, porque las diferencias que existen, y que son profundas e irritantes en la relación bilateral, tienen que ser superadas de modo que sea algo positivo para las dos partes. Y esto, porque es la realidad en la intensidad de las relaciones entre la Argentina y España: en algunos casos tenemos que buscar la solución con más firmeza, en otra con mayor flexibilidad, pero por sobre todas las cosas lo importante es que lleguemos a un acuerdo.

-¿Ve, entonces, una salida al conflicto?

-Sí, yo tengo fe en que va a ser así. No puede durar para siempre.