domingo, 18 de abril de 2021
«Justicia y caballos de Troya en Argentina», por Marta NERCELLAS

Por Marta NERCELLAS, para SudAméricaHoy

 Etimológicamente “corrupción” significa “hacer pedazos”.   Políticos corruptos arremetieron contra las arcas del estado argentino y los dineros que debían ser utilizados para mejorar la infraestructura sanitaria, vial, los edificios escolares y los sueldos de los maestros y profesionales de la salud, se trasladaron en bolsos hacia los patrimonio privado de los depredadores .

La impunidad debe completar la obra. “Hacer pedazos” la justicia resulta imprescindible  para no pagar el daño social producido y  conservar los bienes ilícitamente obtenidos.

Debían volver al poder para hacerlo. La justicia, estaba  lentamente reconstruyendo sus latrocinios. Los funcionarios y empresarios que habían cedido a la extorsión o a la ambición, al verse desguarnecidos del calor que supieron ofrecerles sus “socios” poderosos, describieron ante la justicia el diseño de la matriz de la corrupción  que imperó (al menos) desde el 2003 al 2015.

Resultaba imprescindible retomar el timón de ese barco que se dirigía a un calabozo frío y sin sol y recuperar la posesión  de los bienes defraudados al Estado.

Armaron su caballo de Troya. Lo disfrazaron de  moderado y conciliador. Prometiendo   enderezar los desmanejos económicos del Macrismo  conseguiría la preciada impunidad.  Cuando las urnas le abrieron las puertas del reino, salieron los huestes del Instituto Patria y  acreditaron quien manda. Aun cuando nadie gobierne.

La ex presidenta era la única que tenía un plan y sabía por qué eligió a quien sentó en el sillón de Rivadavia.   Tenía alma de mandadero y  respondería a su voz de mando.

Conseguido el poder era hora de abusar de él para lograr la impunidad que motorizó la voluntad de obtenerlo.

A veces la justicia parece renuente a conocer la verdad y convierte a los casos que involucran a  funcionarios poderosos en  meros recursos políticos. A veces los jueces son movidos por los vientos del poder. Otra veces por el miedo. Y sus reacciones  se hacen lentas o se tuercen. Quienes pretenden continuar en el sendero correcto deben transofrmase en invisibles para no ser arrastrados por el furioso huracán de la venganza.

Es difícil ser imparcial e independiente cuando el Consejo de la Magistratura – que  es quien puede destituir a los magistrados o sancionarlos-   está manejado por la política. El oficialismo de turno  puede hacer tambalear al más probo e imparcial magistrado con el único argumento que no falló conforme exigía el paladar de la señora. Así lo planificó y así lo consiguió.

Ahora va por los fiscales. Por los funcionarios que pueden decidir si una causa se investiga o se desestima. Si se sostiene una acusación o se la deja desvanecer por falta de impulso.  Abusando de las mayorías legislativas procuran leyes que,  torciendo la manda constitucional, debilitarán las instituciones  poniéndolas al servicio de los peores designios.

La prueba colectada debe ser denigrada. La impunidad que procuran,  lo exige.

No sólo los funcionarios más encumbrados de su gobierno. La cocinera de De Vido, los secretarios privados y hasta el jardinero resultan imputados por lavado de dinero. Para conocer dónde escondía lo robado, torturaron hasta su último aliento a uno de sus ex secretarios.  Los “amigos” se enriquecieron ilícitamente  mientras la nación se empobrecía.

Todos vimos los millones de dólares que se contaban, acumulaban o revoleaban. No  tenían explicación. Ni siquiera los supuestos y desconocidos éxitos  de la abogada, podían justificarlos. Todos los imputados prefieren gritar “lawfare”  como única estrategia judicial.   Lawfare es un cartel lleno de falsos brillos que intenta defender a los corruptos.  Pero las pruebas que los acusan permanecen inconmovibles.

El periodismo de investigación-  víctima de las agresiones-   logró que la contundente prueba de los crímenes perpetrados no fuera un misterio que se escondía en miles de fojas de un expediente. Nos las exhibieron a todos. Vimos fotos, videos, escuchamos sus voces confesando el latrocinio.  

  La supuesta “mesa judicial” del anterior gobierno no pudo  inventar las imágenes que agreden nuestras pupilas.  Su supuesta lucha por los derechos de los humildes, cae de bruces ante la contundencia de la prueba.   “Humildes” a los que dejaron sin cloacas, sin  caminos , sin  trabajo y sin educación,  a los que les ofrecen limosnas  disfrazadas como subsidios para que olviden la dignidad del trabajo.  Ellos ya no pueden ser el escudo  para esconder sus culpas.

Volvieron por mentiras propias y por errores ajenos. Volvieron apurados por cooptar a la justicia.  Los apremian las causas que se sustancian por los delitos que cometieron.  Discursos amenazantes del presidente, sus ministros y la ex presidenta intentan que los jueces entiendan quién manda.

Agreden a los miembros del la Corte y ponen en crisis su autoridad moral. Presionan al Procurador.   Ese sitio  debe ser para quien  sepa obedecer y ejecutar el plan de impunidad organizado.  Pretenden jubilar compulsivamente a jueces y fiscales “molestos”. Nada debe  obstaculizar  la estrategia  diseñada. La justicia deberá   pedirles disculpas por haber preguntado cómo se enriquecieron  rápida y desmesuradamente.  Diseñan leyes para lograr sus objetivos pero, cuando éstas no avanzan,  arremeten con violencia verbal  y  continúan el camino trazado.

 Sus deseos están por encima de la ley .  Su ceguera no  le impide ver que aunque “la historia la absolvió”  necesita que esa absolución sea refrendada por los jueces que la juzgan.

Con el mismo vacío ético con el que se roban  las vacunas ( bien muy escaso en nuestro país) intentan apropiarse de la verdad, de la justicia y de la conciencia de sus operadores. Procuran reescribir las reglas del juego democrático atacando la división de poderes y la independencia judicial. Destruir el poder judicial independiente es prioritario.

 El objetivo de impunidad  continúa siéndoles renuente. Las causas se ralentizaron.  Veinte exfuncionarios detenidos por corrupción salieron de las cárceles aún con sentencia condenatoria firme. Modificaron las reglas del proceso  y el tener que cumplir una condena  resulta una misión imposible. Algunos sobreseimientos opinables sellaron para siempre investigaciones  por distintos actos de corrupción.

Los hijos pequeños  de un corrupto condenado  resultan obstáculo para  devolverlo a la cárcel de la que no debió haber salido. Miles de procesados sin condenas y con hijos más vulnerables no gozan de idéntico privilegio. La igualdad ante la ley sufre el mismo embate que el afianzamiento de la justicia constitucionalmente exigido.

Es cierto, van pasando cosas que causan zozobra y que ponen en crisis la credibilidad de los ciudadanos. No pierden oportunidad de humillar a la justicia institucionalmente hablando y a sus magistrados individualmente señalados.

 El régimen republicano  y uno de sus pilares esenciales  fue herido.   Tener ilegalmente documentos históricos no merece sanción;  las dudas que recaen sobre los millonarios subsidios al transporte no deben ser investigadas . La solicitud de extradición de quien es considerado el testaferro de Báez es olvidada.  Los dichos del presidente y su ministro de justicia afirmando que la señora y su prole deben ser absueltos violan la división de poderes.

 La vicepresidenta cree que las audiencias judiciales son tribuna política. No sólo no da explicaciones sino que insulta a los magistrados y a la institución.  Está convencida que los votos no sólo le otorgaron el cargo sino que le obsequiaron impunidad.

¿Es delito  que se hayan vendido sumas millonarias de dólares ofertados por un Banco Central quebrado, al precio oficial ficticio que el mismo gobierno  había  fijado? ¿Hacerlo  muy por debajo del valor en el que la divisa se vendía en la plaza de Nueva York es al menos  negligencia? ¿Importa que esas ventas  se realizaran cuando conocían que era contratos que pagarían quienes los habían vencido en las elecciones?  Respuestas difíciles y opinables que generan aplausos y criticas. Los actos de gobierno pueden ser buenos o malos pero no son delito afirman.   ¿También será una decisión de política económica el haber tomado el préstamo del FMI?  Lo cierto es que siempre las consecuencias las debe pagar la ciudadanía.

 Pero no sólo buenas nuevas reciben los todopoderosos funcionarios. Los testimonios de los “arrepentidos”  fueron declarados  válidos por la Cámara de Casación. La matriz de corrupción que dibujaron  al detalle  cuando declararon, será una prueba irrefutables en las muchas causas  en las que nuestra vicepresidenta  está procesada. Su socio- Lázaro Báez– fue condenado por lavado de dinero a doce años de prisión.  La responsabilidad penal por el mismo delito  también recayó en  sus hijos. Abrumador  espejo.  Máximo y Florencia son imputados como cómplices de las andanzas de sus padres. ¿Correrán idéntica suerte?

Hay señales contradictorias. La justicia parece ceder a  las exigencias libertarias  y enseguida vuelve a arrinconar contra las frías rejas de la prisión a quienes pretenden aniquilarla. Cristina Fernández canaliza su impotencia con amenazas e insultos. No sólo quiere quedar libre de  todas sus causas sino que pretende que sea ahora.

 Con su prepotencia  intenta borrar las imágenes que observamos y que la acusan.    Olvidar su voz en el teléfono diciendo : “hay que apretar a los jueces” no es una tarea fácil, aun cuando  nos la exija a los gritos . Los resultados electorales no legitiman los delitos aunque eso contraríe sus deseos .

Elegir la impunidad y pretender poner de rodillas a la justicia es dictadura aunque sea un gobierno elegido por el voto popular. Al tiempo de pagar, nos decía el maestro Guillermo Ouviña, optar por las dictaduras es vaciar los bolsillos del alma.