lunes, 15 de septiembre de 2014
Máximo Kirchner agita el avispero político argentino

Máximo kirchner

Buenos Aires. Por Mar MARÍN/Efe

El sorpresivo debut de Máximo Kirchner, hijo de la presidenta argentina, en un mitin para reivindicar la figura de su madre y la vigencia de su proyecto más allá del final de su mandato, en 2015, ha agitado el avispero político en plena guerra por las candidaturas presidenciales.
«Si están tan interesados en terminar con el kirchnerismo, por qué no compiten con Cristina, le ganan y sanseacabó», dijo Máximo Kirchner, de 37 años, en un mitin de La Cámpora, la rama juvenil del kirchnerismo, el sábado, ante miles de simpatizantes reunidos en un estadio de Buenos Aires.
El debut del líder de la Cámpora -la organización que ha colocado a cientos de cuadros en la administración argentina- sólo era conocido de antemano por un reducido círculo camporista y tomó por sorpresa a los pesos pesados del peronismo.
El silencio que había mantenido el primogénito de la presidenta durante los últimos años contribuyó a aumentar las especulaciones sobre su hipotético potencial como dirigente político.
Mientras para algunos analistas próximos al kirchnerismo, Máximo ha sido el principal apoyo político de Fernández tras la muerte del expresidente Néstor Kirchner, en octubre de 2010, otros sostienen que carece de dimensión política alguna.

La presidenta de Argentina, abrazada a su hijo durante el luto

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Su breve intervención, en la que admitió estar «nervioso», no le reveló como un orador brillante, pero ha sido suficiente para calentar el clima preelectoral que vive el país, con una guerra de encuestas casi permanente entre los aspirantes a las candidaturas para las presidenciales de 2015.
Sus palabras han introducido más confusión, si cabe, en el mapa político argentino.
Por un lado, alimentan las especulaciones sobre la tentación de la «reelección» de Cristina Fernández para un tercer mandato, que además de estar vedado por la Constitución, fue descartado por el oficialismo con encuestas negativas en mano, mientras que, por otro, encierran un mensaje en clave interna para los precandidatos peronistas.
Su aparición, asegura Patricio Giusto, de Diagnóstico Político, «tiene que ver con la necesidad de la presidenta de demostrar que hay proyecto kirchnerista más allá de 2015, cuando no esté en la presidencia» y confirman que Cristina Fernández no se inclina, por el momento, por ninguno de los aspirantes de las filas del oficialismo.
Un gesto que ha caído como un jarro de agua fría para las aspiraciones de presidenciables como el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, y el ministro de Interior y Transportes, Florencio Randazzo.
Supone también, según Giusto, un varapalo para el ministro de Economía, Axel Kicillof, miembro destacado de la Cámpora, que ni siquiera asistió al mitin.
«Está por verse hasta dónde puede llegar esto, puede haber una dimensión para que Máximo aspire a las elecciones en la provincia de Santa Cruz (sur, cuna del kirchnerismo), un ensayo electoral, pero mide mal en las encuestas y un año es muy poco tiempo», continúa Giusto.

En el día de la primera investidura de Cristina Fernández

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También el analista Carlos Pagni consideró hoy que la importancia del mensaje de Máximo no es tanto la posibilidad de reelección sino el marcar el terreno de Fernández con la premisa de que «será la persona más importante del país en el próximo quinquenio» y que por ahora no va a señalar candidato.
Todavía sorprendidos por su aparición en la escena pública, funcionarios y dirigentes oficialistas se han apresurado a apoyar al primogénito de la presidenta.
Desde el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, que le ha calificado de «gran cuadro político», hasta el ministro Kicillof, que consideró que Máximo «dejó en claro que hay un proyecto».
También el gobernador Scioli sostuvo que Máximo se refirió al futuro del proyecto y apuntó que, lejos de desacreditar a los aspirantes oficialistas a la Presidencia, su mensaje «convoca a la responsabilidad que tenemos entre todos en un proyecto colectivo».
El vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, resumió: «Lo que emergió es que tenemos la vocación política de seguir adelante».
Con independencia da las distintas interpretaciones a las que se presta su discurso, a partir de ahora el oficialismo estará muy pendiente de las encuestas para ver si es posible espantar el fantasma del fin de ciclo y para medir a la nueva figura del kirchnerismo.