Por Ernesto PÉREZ, para SudAméricaHoy

Tres retratos de mujeres en situaciones
cruciales que deberán afrontar con fuerza fueron presentados en otros tantos largometrajes programados en las distintas secciones del 34o. Festival de Mar
del Plata, que se celebra en la ciudad atlántica hasta el 18 de noviembre.
  Dos de estas dos películas, “La muerte no existe y el amor tampoco” y
“El cuidado de los otros” han sido escritas y dirigidas por hombres,
Fernando Salem y Mariano González, respectivamente, y la tercera,
“Angélica”, por una mujer, Delfina Castagnino, y los tres a pesar de su
relativa juventud, rondan los 40 años, tienen una amplia carrera en la
industria local en ramos tan distintos como actuación, producción, montaje,
asistencia de dirección, etc.

  Sus películas hablan de lo que pudimos ser y no fuimos, del azar que nos
ordena o desordena nuestras vidas y de las sendas que nos conducen
imperceptible a la autodestrucción y lo hacen valiéndose de jóvenes y no
tan jóvenes protagonistas que soportan con holgura el peso absoluto de la
narración.
    En “La muerte no existe…”, Emilia (una excelente Antonella
Salpico en su debut a los 33 años en el largometraje) vuelve a su pueblo
patagónico natal para asistir a la dispersión de las cenizas de su amiga
más querida y encontrar un viejo amor, lo que le hará reconsiderar todas las decisiones que han cambiado su vida y de las que ahora probablemente se arrepiente.
  En “El cuidado de los otros”, Luisa (la igualmente talentosa Sofia Gala
Castiglione con 35 créditos en su haber en 32 años de vida) es una baby
sitter que por una serie de circunstancias que escapan a su voluntad, provoca un envenenamiento en el niño que está cuidando y debe por ello afrontar la plena responsabilidad de lo ocurrido.
  “Angélica”, en cambio, es la historia de una mujer inmersa en la
crisis de los 40 años que se refugia en la casa de su madre, recientemente
fallecida, y poco a poco va cortando los lazos que aun mantiene con la
realidad, sumergiéndose en un mundo parecido al de la obra maestra de Roman Polanski, “Repulsión”.

  Aquí también resalta la labor de Cecilia Rainero que hace toda una
creación de su personaje, dominando la pantalla casi sin rivales.
    Para Salem, “La muerte…” es la vuelta al festival que hace cuatro
años lo premió por la dirección y el guión de su ópera prima, “Como
funcionan casi todas las cosas”, luego de una serie de cortos, presentados
en festivales tan importantes como Venecia y San Sebastián, documentales y series televisivas.
  Su film es “el duelo de lo que somos, de los amores que no pudieron ser y de las vidas que no fuimos capaces de vivir”.
    Para González, actor, además de productor, director, guión y montador
de sus propias películas y que también estuvo antes en Mar del Plata con su
ópera prima, “Los globos”, que en 2016 se llevó el galardón de la
FIPRESCI, el jurado de la prensa internacional, su film habla “de ese
peligro oculto que es el azar” y del problema que significa “el de tener
que confiar a otros el cuidado de nuestros seres queridos”.
    Delfina Castagnino, joven pero ya legendaria montadora del nuevo cine
argentino, con más de 35 trabajos en su haber (incluyendo “El cuidado de
los otros”), presentó su segundo largometraje como directora, con un
vistoso embarazo de siete meses, describiéndolo como “la historia de una
mujer a la que le cuesta dejar atrás a su pasado, tomando erradas decisiones
que la conducirán a su propia destrucción” y elogió a su intérprete
afirmando “que se puso la película sobre sus hombros y la condujo a lo que ahora es”.