miércoles, 31 de enero de 2018
«¡La mayoría silenciosa de Bolivia despertó!», por Verónica ORMACHEA


Por Verónica ORMACHEA, para SudAméricaHoy

“Bolivianos a las mil esquinas”; “Mañana cacerolazo en la plaza más cercana”; “Tractorazo desde Montero hasta el Cristo redentor”; “Sal a bloquear, sino mañana estaremos como Venezuela”; “Hoy motorazo en todo Santa Cruz”; “Si eres neutral en situaciones de injusticia has elegido el lado del opresor”; “Esta noche cadena humana de teas en Santa Cruz”.

Estos son apenas unos cuantos mensajes que han circulado y que los «chateadores» siguen enviando a través de las poderosas redes sociales.

Finalmente la mayoría silenciosa salió a las calles a protestar.

Incluso la sociedad civil de los nueve departamentos del país se conectó y se unió en una sola voz.

Esto a raíz de la decisión del gobierno de pretender imponer un nuevo código penal draconiano y de no respetar el referéndum del 21F, cuando la mayoría votó por el NO a la reelección del presidente Morales.

Los bolivianos vemos con terror lo que ocurre en Venezuela destruida por Maduro donde, a pesar de tener las mayores reservas petroleras del mundo, el país está quebrado por la mala y corrupta administración de su gobierno. El pueblo no tiene qué comer y la gente se muere por la escasez de medicamentos. Es más; ha quitado todas las libertades ciudadanas. Aquél país vive un caos sin precedentes porque Maduro, de manera equívoca y ciega, se aferra al poder.

A raíz del nuevo código, fueron los médicos –vestidos de blanco- quienes iniciaron las protestas. Estuvieron en huelga 53 días a raíz de un artículo que los criminalizaba. Vamos. Ningún doctor quiere que se le muera su paciente y su vocación es salvar vidas.

Durante las marchas llevaron la bandera más larga y ancha que se ha visto jamás en Bolivia.

A raíz de penalidades a protestas sociales, a la libertad de expresión, a la petición de renuncia de autoridades, entre otros, colectivos de la sociedad civil se sumaron.

Al gobierno se le ensombreció el panorama al ver a los bolivianos golpear cacerolas, portar letreros y la tricolor, vociferar “nacimos en una Bolivia libre” y cantar el himno nacional bloqueando las ciudades del país.

Y a ellos se les unió la Central Obrera Boliviana, los universitarios, Federaciones de Juntas Vecinales de El Alto, los transportistas y parlamentarios de la oposición ingresaron en huelga de hambre.

El gobierno, finalmente cedió y abrogó dicho código.

No hay nada mas peligroso para un gobernante insistir en permanecer en el poder no sólo porque éste desgasta sino que, en el caso de Evo, la mayoría lo rechaza.

Los bolivianos protestan porque el gobierno incumple la Constitución Política del Estado; no respeta el voto del 21F; elimina la independencia de los otros poderes y los controla; ordena al Tribunal Constitucional quebrantar los mandatos de la Carta Magna; controla la mayorías de los medios de prensa y realiza gastos excesivos e inútiles en tanto la salud y la educación están descuidadas.

Las marchas continuarán ya que está pendiente que se respete el voto del 21F. Nuestras peticiones son legítimas, son parte de nuestros derechos y están enmarcadas en un profundo sentido democrático.

La situación es crítica. El Comité Nacional de Defensa de la Democracia, se rearticuló desde la época de las dictaduras, para defender los derechos de los bolivianos.

Está liderada por el rector de la Universidad Mayor de San Andrés y compuesta por la Asamblea de Derechos Humanos; Jubileo, Conamaq orgánico y seguirán con su cometido.

Es más. Los comités cívicos han anunciado que fijarán una “hoja de ruta” con el mismo fin y la sociedad civil saldrá a bloquear.

Lo que le queda a Evo es cumplir su mandato, aceptar la voluntad de la mayoría, irse a su casa de Orinoca y así se abrirán espacios a nuevas propuestas políticas.