viernes, 8 de abril de 2016
Sobran ladrones

Aníbal Gutiérrez Por Aníbal GUTIÉRREZ

Un par de días antes de recibir el Premio Príncipe de Asturias, Joaquín Lavado, Quino, comentó a un grupo de jóvenes estudiantes que anhela que “los niños de hoy no sean los corruptos de mañana”. Y parece que los latinomericanos tendremos que poner las expectativas en los niños, y que la realidad la cambien ellos en algunas décadas, porque de los adultos de hoy poco podemos esperar.

En los últimos meses asistimos, con vergüenza, a un interminable desfile de investigaciones, denuncias periodísticas, imputaciones judiciales, procesamientos y, en algunos casos, encarcelamiento de dignatarios y altos funcionarios de muchos de los gobiernos de la región.

Un rápido repaso:

Otto Pérez Molina, ex presidente de Guatemala , el día de su detención en septiembre de 2015, en Ciudad de Guatemala. E Foto: Esteban BIBA

Otto Pérez Molina, ex presidente de Guatemala , el día de su detención en septiembre de 2015

Guatemala. El Presidente Otto Pérez Molina y la Vicepresidenta Roxana Baldetti tuvieron que renunciar a sus cargos y someterse a proceso penal por su participación en un caso de fraude aduanero y se encuentran en prisión desde hace meses, mientras numerosos funcionarios de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial son también perseguidos por numerosos casos de corrupción.

El Salvador. El Presidente Mauricio Funes deberá hacer frente a un juicio por supuesto enriquecimiento ilícito por no haber podido justificar transacciones personales por cientos de miles de dólares durante su paso por la Presidencia entre los años 2009 y 2014.

El ex presidente Lula con Dilma Rousseff

El ex presidente Lula con su sucesora en el cargo y compañera del PT, Dilma Rousseff

Brasil. El Presidente Luiz Inacio Lula da Silva es investigado por la justicia de su país por las sospechas que el juez de la causa tiene respecto de que entre 2003 y 2010 pudo haber ocultado parte de su patrimonio y ha lavado dinero proveniente de la red de corrupción montada en la petrolera estatal Petrobras. En la misma investigación están involucrados una veintena de poderosos empresarios y más de medio centenar de dirigentes políticos de primera línea.

Bolivia. El Presidente Evo Morales fue acusado, pocos días antes de que se celebrara el referéndum en el que se decidiría si podía presentarse para un nuevo periodo presidencial, de que su ex pareja es ejecutiva de una empresa china y obtuvo varios contratos millonarios del gobierno.

Argentina. La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner será indagada por la justicia federal en el marco de una causa que investiga negociados en operaciones de venta de dólares a futuro. En esta misma causa son investigados el Presidente del Banco Central de la Republica Argentina, el Ministro de Economía y varios altos funcionarios del gobierno finalizado en el mes de Diciembre de 2015.

La presidenta de Argentina en una de sus intervenciones en cadena nacional

La ex presidenta de Argentina en una de sus intervenciones en cadena nacional

A todos los ejemplos citados se les puede sumar decenas de casos de funcionarios de los más diversos niveles de gobierno que se han visto involucrados en manejos poco claros de fondos que, como servidores públicos, deben custodiar.

Muchas encuestas muestran que la ciudadanía de nuestra región cada vez tolera menos los actos de corrupción. Sin importar el signo político del gobierno, la conciencia de que la corrupción mata, desintegra familias, facilita el narcotrafico, impide el acceso a la educación, a una vivienda digna, a la salud, a la seguridad, va permeando en cada vez más capas de la sociedad.

Esa misma ciudadanía debe asumir el compromiso de este tiempo. Y ese compromiso debe significar un clamor de exigencia de transparencia y probidad a todos los niveles del Estado. Hay que exigirle a los poderes ejecutivos que gobiernen con absoluta conciencia de que los fondos públicos son de todos y que deben utilizarse únicamente para brindar posibilidades de bienestar a la población, a los fiscales que acusen a aquellos respecto de quienes tienen sospechas fundadas, a los jueces que lleven a juicio y condenen basados en una estricta aplicación de la ley a los funcionarios que son presentados a rendir cuentas ante ellos, y a la ciudadanía, a que ejerza la condena social y repudie a cualquiera que vulnere el contrato de confianza que se establece con el voto.

Tal vez así deje de ser una realidad aquello que hace muchos años miraba la genial Mafalda en una pared que decía: “No nos faltan recursos, nos sobran ladrones”