Brasilia. Efe/SAH

Dilma Rousseff continúa, como puede, capeando el temporal de la corrupción. La presidenta de Brasil se mantiene ocupada y procura dar una imagen de transparencia. Entre sus últimas actividades figura la presentación de «Dialoga Brasil», una «invitación» a la sociedad muy particular. Se trata de una plataforma digital para, en teoría, fortalecer el dialogo del gobierno federal con la sociedad. En la práctica, la intención que persigue es contrarrestar las informaciones en contra del Ejecutivo, como reconoció un portavoz gubernamental.

Dialogo Brasil consta de cuatro temas para que la población haga sus propuestas sobre las vías posibles de mejorar las políticas públicas. Asimismo, se prevé que sean también valorados los programas sociales, como Brasil Sin Miseria, Bolsa de Familia y  entrega de cisternas en los territorios del Nordeste, entre otros.

En este ámbito de Brasil Dialoga , un total de 73 planes serán sometidos a examen de los brasileños con la participación de varios ministerios, en especial el de Desarrollo Social y Combate al Hambre. Además de Rousseff, participará el secretario general de la Presidencia, Miguel Rossetto, y los ministros de Educación, Renato Janine Ribeiro; de Justicia, José Eduardo Cardozo, y de Salud, Arthur Chioro.

La iniciativa forma parte de una estrategia del gobierno para recuperar apoyo popular, luego de que la última encuesta de la Confederación Nacional del Transporte revelara que el respaldo al ejecutivo de la mandataria cayó a un 7,7 ciento.