Por Ignacio PERALES, para SudAméricaHoy (SAH)

El baile de encuestas comenzó a moverse a favor de Dilma Rousseff (PT) y parece que, definitivamente, le dio la espalda a Aécio Neves (PSDB). Salvo imprevisto o estrepitoso batacazo de los sondeos, la presidenta de Brasil se puede dar por reelecta este domingo. Ibope y Datafolha, las dos firmas que gozan de mayor credibilidad, le otorgan una diferencia de entre seis y ocho puntos a la jefa de Estado. Con este escenario, el último debate presidencial de Río de Janeiro debería ser un trámite para la candidata del PT (Partido de los Trabajadores).

La previsible victoria de Dilma, si se concreta como todo parece indicar, habrá que interpretarla como otro triunfo de su antecesor y padrino, Luiz Inacio Lula Da Silva. El político con mayor arrastre de votos de Brasil y, a excepción de Evo Morales, posiblemente del continente, se puede anotar un tanto a su favor. Su intervención en la campaña –y otros factores secundarios- volvieron a colocar a Rousseff en el lugar de favorita. Esto no sucedía desde antes de la primera vuelta del 5 de octubre.

Desde entonces, la totalidad de los sondeos anticipaban empates técnicos con ventaja para Aécio Neves, a excepción de los primeros de esta semana donde la presidenta le superaba ligeramente. Antes del domingo se conocerán nuevas encuestas pero, con la tendencia de voto conocida, resulta muy difícil creer en ese “triunfo avasallador” que pronostica el socialdemócrata, un hombre que jamás se rinde.

Joao Santana, el «marquetinero» que colocó a media docena de candidatos en la Presidencia, incluido Hugo Chávez y hasta Nicolás Maduro, buscó y encontró los puntos débiles del «tucano», tratado de niño rico, frívolo y hasta de golpeador de mujeres. Aécio, pese al respaldo de Marina Silva y de la viuda y la familia de Eduardo Santos no supo o no pudo contrarestar los golpes.

Los mercados, como era de esperar, acusaron recibo de la noticia de Dilma favorita y el dólar superó los 2,5 reales. El mundo del dinero no quiere a la “petista” y no es por misoginia, “zurda” o “roja”. El universo de las finanzas le pasa factura de su pobre gestión y se teme que los próximos cuatro años serán tan mediocres como los últimos. Preferían a Aécio Neves, a Marina Siva y a Lula si se hubiera presentado pero no a ella que deja un Brasil con un crecimiento que ronda el cero y una colección de oportunidades desaprovechadas.

La maquinaria del PT, si se confirma el domingo lo que parece irreversible, habrá vuelto a funcionar con precisión y tras doce años de estar en el poder podrá sumar otros cuatro para los suyos. El proyecto es a largo plazo y para el 2018 ya se habla de Lula como candidato. El tiempo dirá si es posible. En el camino, los otros y sin duda Aécio, intentarán reconquistar un terreno que le habrá sido esquivo 16 años.