lunes, 26 de octubre de 2020
«Execrados», por Luli DELGADO

Por Luli DELGADO, para SudAméricaHoy

Es más o menos así. Naces, creces y echas raíces en el país donde nacieron, crecieron y echaron raíces tus mayores.

Un día las cosas comienzan a cambiar. A veces porque estalla la guerra, o queda en evidencia que el agua, generalmente política, va subiendo y amenaza con sobrepasar el cuello, o se produce un golpe de Estado.

Llega entonces la hora de ponerle fecha a la quimera de irse lejos. Y, a veces, esa hora llega con prisa, apenas para recoger lo indispensable, o para salir huyendo con lo que llevas puesto.

Cada emigrante tiene su historia. A veces con finales trágicos, y en su mayoría con relatos del lugar cuando llegaron, de la adaptación a la cultura local, del nacimiento de hijos extranjeros, e inclusive del amor que fue surgiendo en lo que fue la tierra extraña.

Todo el que emigra tiene sus razones y quien más, quien menos, por último lo hace porque de donde se fue no le quedaba más caso.



A veces te reciben con los brazos abiertos, te llaman “hermano” y te brindan apoyo. A veces te miran de reojo, y sin decírtelo, su actitud te dice “arréglatelas como puedas”, y te dejan del lado de afuera de sus burbujas.

Por eso, resulta tan dura la xenofobia en cualquiera de sus manifestaciones. Es la expresión del odio que se vuelve sordo a lo que el otro tiene que decir y viene de padecer.

Como venezolana me molestó mucho percibir las campañas de claro corte xenófobo de algunos candidatos a las elecciones municipales en Roraima, estado brasileño fronterizo con Venezuela.

Me molestó porque es con mi gente con la que se están metiendo. Lo mismo deben sentir, o han sentido en su propia piel, los judíos, los descendientes de africanos, los musulmanes y todos aquellos que se han ido de su tierra, de donde nadie se va si estuviera bueno quedarse.

Pero más me va a molestar el día en que un candidato regrese zalamero a pedir el voto de los hijos de los venezolanos que nacieron en la tierra que hoy los execra.
Suele suceder.