viernes, 29 de mayo de 2020
«Mal avenidos y peligrosos», Por Luli DELGADO

Por Luli DELGADO, para SudAméricaHoy

Mientras el presidente del Brasil se refiere al COVID 19 como «una gripecita», su ministro de salud orienta a la población a la cuarentena. Los gobernadores de Estado apoyan al ministro en el «quédate en casa»,  y en su negativa a suministrar cloroquina, medicamento que el Presidente defiende con vehemencia. La soga acaba por reventar y Bolsonaro destituye al ministro. Nombra a uno nuevo que renuncia antes de un mes de ocupar el cargo y le reemplaza un militar.

Mientras tanto, la «gripecita» avanza y las fatalidades no tardan en aparecer. La Organización de la Salud señala al Brasil, y en especial a las ciudades de São Paulo y Rio de Janeiro, como uno de los mayores focos de infección de América del Sur. El número de infectados supera los 400.000 y las víctimas fatales se acercan a 30.000, cifra superior a la totalidad de víctimas registrada en la China.

La Policía Federal inició una investigación del Gobernador de Río de Janeiro, acusado de desviar recursos destinados a la lucha contra el coronavirus. La noticia cayó pésimo en un país sin infraestructura para atender a los pacientes, haciendo malabarismos para que rinda el oxígeno, y con el personal sanitario pidiendo refuerzos de gente e insumos cada vez que tiene oportunidad.

La prensa arremete y Bolsonaro contraataca.

Bolsonaro oficializó su ruptura con el diario Folha de S. Paulo, y éste a su vez anunció la suspensión de cobertura informativa del Palacio de la Alvorada de Brasilia dadas las hostilidades y amenazas proferidas por quienes apoyan al presidente. A esto, se suma la falta de garantías de seguridad por parte de las autoridades. La Red Globo, se une a esta decisión. Es allí, en su residencia oficial, donde Bolsonaro insiste en presentarse en público sin los debidos protocolos de seguridad en una clara provocación a los que recomiendan la cuarentena.

La crisis combina salud y política.

El Ministro de Justicia, Sergio Moro renunció el mismo día en que aparece en el Diário oficial la demisión del Director General de la Policía Federal. Ya se lo había advertido al Presidente.

En rueda de prensa Moro aludió a una reunión ministerial donde Bolsonaro expresó su necesidad de tener fuentes de inteligencia propias y un hombre de su confianza en la Dirección de la PF.

Tras la declaración, El Tribunal Supremo de Justicia ordenó la divulgación del vídeo de la reunión ministerial. Brasil no se lo termina de creer frente a la cantidad de atropellos, palabrotas y contrasentidos de Bolsonaro y sus ministros. Uno de ellos, el ministro del ambiente recomienda aprovechar que la prensa está distraída con el coronavirus y pasar una serie de medidas polémicas.

A todas éstas, Trump termina por cerrarle la entrada a los brasileros.

Como reza el himno verde amarillo, !Oh Patria amada!