La candidata a la presidencia del Brasil, Marina Silva.

 Por Raúl OCHOA, para SudAméricaHoy (SAH)

Marina Silva todavía tiene «chances» de pasar y ganar en la segunda vuelta. Esta posibilidad ha puesto a todo el PT (Partido de los Trabajadores) a buscar los puntos débiles de su ex ministra de Medio Ambiente y uno de sus cuadros políticos importantes en el ascenso de Lula da Silva al poder.

Entre los ataques a los postulados de Marina, uno muy fuerte por su proyección e importancia para el desarrollo del Brasil, ha sido su supuesta oposición a la explotación del petróleo y gas off shore, más conocido como “el petróleo presal” por la necesidad de perforar, antes de llegar a las cuencas, una capa de sal de no menos de 1000 metros de profundidad.

En realidad Marina más que oponerse al presal ha manifestado su clara disidencia a cómo se ha manejado Petrobrás durante la presidencia de José Sergio Gabrielli – que coincide con el período presidencial de Lula y de Dilma a cargo de la Casa Civil, equivalente a la Secretaría de la Presidencia,- y que implicaron graves acusaciones de corrupción por sobrecostos en obras y negocios de adquisiciones de activos en el exterior poco transparentes, además de un generalizado atraso en las metas de autoabastecimiento primero y de generación de excedentes después; de hecho lo que parecía una realidad para el año 2012 se tradujo en un fuerte aumento de las importaciones de derivados de petróleo al año siguiente, que recién ahora, pasado gran parte del 2014 está tendiendo a nivelarse

Marina ha planteado la necesidad de revisar la política de adjudicaciones de nuevas cuencas, que requiere tal como está planteada actualmente, la presencia de Petrobrás como socia, cuando dada la magnitud de la inversión a ser efectuada por la empresa, así como su papel fundamental en el desarrollo de mano de obra capacitada y de proveedores locales, convendría su concentración en estos aspectos y no necesariamente estar en todas las áreas a ser explotadas

Debe tenerse en cuenta que es muy difícil modificar por vía legislativa lo aprobado con respecto a los recursos de presal, en especial sobre la aplicación de los excedentes a la mejora educativa. Por otra parte, Brasil comenzó la exploración “aguas afuera” en la década de los 80, una vez agotada la posibilidad de encontrar recursos petrolíferos convencionales en su vasto territorio y desde esa época se transformó en una política de estado para terminar con su dependencia de las importaciones[1]

Conviene señalar que, de ganar Marina, deberá de alguna manera ampliar la actual coalición que la acompaña para poder llevar adelante sus intentos de reforma en el Legislativo; en ese sentido se le abren muy a su pesar dos posibilidades: articular con el PMDB (Partido Democrático del Movimiento Brasileño) actual aliado del PT y poseedor de la segunda bancada en diputados y que representa el partido “de las componendas” de Sarney, Renán, Temer y otras figuras de la vieja guardia o en defecto, conciliar posiciones con el PSDB (Social Democracia Brasileña) el partido de Fernando Henrique Cardoso, José Serra y Geraldo Alckmin, este último candidato a gobernador por San Pablo que lleva como vice a Marcio França aliado de Marina.

Este último caso está lleno de paradojas, el candidato presidencial del PSDB es Aecio Neves, rival de Marina y claro representante del establishment tucano, sin embargo Alckmin no hace campaña para Neves y esto se debe a que quien lidera ampliamente la intención de voto paulista a presidente es Marina y por lo tanto se da la particularidad, que el gobernador va sólo para su reelección, Marina no lo acompaña porque está en contra de la continuidad del PSDB en San Pablo, lleva cinco mandatos consecutivos, pero a su vez ese Estado por su tamaño, representa casi un tercio de los posibles votos de la candidata.

Como dice Beto Albuquerque candidato a vice de Marina y su articulador político “Nadie gobierna en el Brasil sin el PMBD y los votos del PSDB serán fundamentales en la segunda vuelta»; baño de realismo para las intenciones reformistas de Marina, pero cuidado que su popularidad está basada en la necesidad de cambio y de rechazo a la vieja política que expresan las encuestas, sobre todo en las nuevas clases medias.

Esperemos entonces que todo no finalice como siempre, con los 40 ministerios para repartir entre los integrantes de las coaliciones e innúmeros cargos en puestos de menor jerarquía. Brasil se merece un verdadero cambio.

[1] De los años 70 y con el mismo sentido se inició el Programa de Alconafta, que es el actualmente exitoso etanol proveniente de la caña de azúcar que reemplaza totalmente a la gasolina o se mezcla en proporción 25/75 % en los vehículos con motor bio-fuel