jueves, 22 de febrero de 2018
“O processo”, el juicio a Dilma no pasa el banquillo de Berlín


Berlín. Por Ernesto PÉREZ, para SudAméricaHoy

Una sala llena hasta el tope con un público partisano en
total apoyo a la ex presidenta Dilma Rousseff, saludó con plena participación el estreno mundial de “O processo” de Maria Augusta Ramos, presentado en la sección paralela oficial “Panorama” del 68o. Festival Internacional de Cine de Berlín, que cuenta con jurado popular propio.
Con entradas agotadas para las cuatro proyecciones del film, “O
processo” es evidentemente la descripción del juicio de impeachment de
parte de la mayoría opositora al PT (partido de los trabajadores) que
lideraba Rousseff, en base a noticiosos y grabaciones oficiales del Senado,
donde tenían lugar las discusiones entre los partidos, y reuniones de
dirigentes del PT para decidir cómo librar una batalla, perdida de antemano, y
evitar inútilmente lo que esa minoría sigue considerando como un golpe de
Estado propiamente dicho.
Tal vez el film, dada su óptica de parte y su falta de aportes
informativos acerca de la identidad de los personajes que se suceden ante la
cámara, sea incapaz de superar las fronteras de su propio país, pero la
mayoría del público que llenaba el cine en la primera proyección pública
no parecía carecer de esta información, ya que reconocía en todo momento a
cada uno de los políticos representados y los silbaba o aplaudía según
fueran de la mayoría conservadora o de la minoría gubernativa,
respectivamente.
De todos modos, habiendo Ramos traído su film goteando del laboratorio, se
espera que con mayor tiempo a su disposición sepa realizar una versión
exportable, dado que el “Proceso” es realmente uno de los episodios más
conflictivos y discutibles de la historia reciente de América Latina.
Lo que es innegable en el film es, de todos modos, la extrema dignidad
ostentada en todo momento por la ex presidenta, tanto en sus declaraciones
públicas como contestando a las acusaciones de la oposición.
“O processo” no es neutral pero tampoco excesivamente manipulador al no
tener un comentario de parte ni tratar de influir en el ánimo del espectador.