jueves, 20 de noviembre de 2014
Chile, Brasil y el tren de la integración latinoamericana


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Ignacio PeralesPor Ignacio PERALES, para SudAméricaHoy (SAH)

Chile está dispuesto a aprovechar las oportunidades. Llámense éstas Mercosur, Alianza del Pacífico o cualquier otras siglas o expresiones que agrupen bloques de la región. El pragmatismo se impone a las suspicacias y la visión de largo alcance incluye a América Latina como territorio abonado para el futuro.

El vicecanciller chileno, Edgardo Riveros fue claro. “Queremos ser un puente entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur. Es falsa la visión de que las dos costas vivan dándose la espalda». Su pensamiento, el del Gobierno de Michelle Bachelet, lo expuso recientemente en el Coloquio Chile-Brasil, organizado en Sao Paulo por el Instituto Lula.
Chile juega como miembro asociado en el Mercosur junto a los socios de pleno derecho: Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela. Chile, no obstante, no está en un plano secundario y a su vez comparte espacio en la Alianza del Pacífico con Colombia, Perú y México.

La integración sudamericana debería llevar implícito el objetivo común de unión para fortalecerse internacionalmente y Brasil, a juicio del funcionario, debería ser la locomotora de un tren que conduzca la región -y América Latina- sin despreciar vagones como UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) y CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños).

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet y su homóloga brasileña, Dilma Rousseff

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet y su homóloga brasileña, Dilma Rousseff

Marco Aurelio García, el todo poderoso desde el primer Gobierno de Luiz Inacio Lula Da Silva y actual asesor para Asuntos Internacionales de Dilma Rousseff, puso entre paréntesis la idea de Riveros que adjudica a Brasil la misión de liderar la región, por su peso económico y político global.
García, atento a un pensamiento “petista” (Partido de los Trabajadores) considera que el gigante sudamericano debe encarnar “un liderazgo hegemónico colectivo”, pero no por razones de “peso propio”, un matiz que difícilmente oculta la realidad: Brasil es el más grande y poderoso en términos económicos y políticos.

Se puede vestir el mapa latinoamericano de muchos colores pero la geografía, la historia, la economía y el presente, saltan a la vista. De cómo siga el camino de Brasil dependerá el futuro, el suyo y el de buena parte de Sudamérica. Sin olvidar a México, el otro titán y su gran rival del norte.