domingo, 12 de enero de 2014
Ezatti, el nuevo cardenal chileno, divide las aguas en chile


Santiago de Chile. SAH/Efe

El nombramiento del arzobispo de Santiago Ricardo Ezatti como nuevo cardenal chileno no es sant de devoción de todos los chilenos. Mientras la jerarquía católica del país lo recibió con satisfacción la designación fue duramente criticada por víctimas de abusos sexuales.
Y es que Ricardo Ezatti es un personaje de luz y sombra, que a lo largo de su trayectoria ha recibido reconocimiento por su postura más progresista en materia social, pero también duras críticas por parte de víctimas de abusos que lo apuntan como «encubridor».

Ricardo Ezatti, arzobispo de Santiago. Foto Mario Ruiz

Ricardo Ezatti, arzobispo de Santiago. Foto Mario Ruiz

«Este es un reconocimiento a la iglesia chilena más que a mi persona (…) a una iglesia que está levantando cabeza, reconociendo sus errores, pero que en su base está llena de fe», declaró el arzobispo luego de conocer la decisión del papa Francisco de nombrarlo cardenal, anunciada el domingo.
Ricardo Ezatti Andrello nació en italia en 1942. En 1959 llegó a Chile e ingresó al noviciado de la congregación salesiana. En 1970 se ordenó sacerdote y desarrolló su actividad pastoral por mucho tiempo en el sur del país, primero en la ciudad de Valdivia y luego en Concepción.
Ya como obispo, en septiembre de 2010 y a petición del presidente Sebastián Piñera, se sumó como mediador entre el gobierno y grupos mapuches a una mesa de diálogo, orientada a que varios presos de dicha etnia que estaban siendo procesados como terroristas depusieran una prolongada huelga de hambre.
Ese mismo año fue nombrado por el papa Benedicto XVI como arzobispo metropolitano de Santiago, sucediendo al cardenal Francisco Javier Errázuriz.
Algunos analistas consideran que Ezzatti mantiene una cercanía doctrinaria con los postulados del papa Francisco, quien desde que sucedió a Benedicto XVI ha promovido la austeridad y el compromiso de la iglesia católica con los más pobres.
En esa línea, en 2012 Ezatti presentó una carta pastoral en la que expresaba la necesidad de hacer de Chile un país «más humano, más justo, más solidario» y en que aludía a la necesidad de que el crecimiento y el progreso económico fuera «compartido por todos».
Jaime Coiro, portavoz de la Conferencia Episcopal, que Ezatti también preside, señaló que una de las expectativas es que el nuevo cardenal haga llegar hasta el Vaticano la postura de la iglesia chilena.
«Es una gran oportunidad para acercar a la iglesia chilena a los valores del papa Francisco. Una iglesia humilde, misericordiosa, despojada. Una iglesia pobre para los pobres», señaló Coiro.
En la vereda del frente, lo detractores de Ezatti repudiaron su nombramiento como cardenal a partir de febrero, reiterando sus acusaciones de haber encubierto abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
«En Chile tenemos un nuevo cardenal con un prontuario criminal.Ha encubierto a muchos sacerdotes abusadores y no ha hecho nada por las víctimas«, escribió en su cuenta de twiter Juan Carlos Cruz, denunciante en uno de los casos más ruidosos de abusos sexuales por parte de sacerdotes conocidos en Chile.
Murillo y otras víctimas del ex párroco Fernando Karidima han acusado a Ezatti de haber hecho caso omiso de las denuncias que en su momento le presentaron en contra del influyente sacerdote, que luego fue condenado por un tribunal canónico y alejado de sus actividades pastorales.
Ezatti ha rechazado reiteradamente eso cuestionamientos y el domingo lo hizo una vez más al comentar su nombramiento como cardenal.
«Yo he tratado de ser siempre un pastor muy cercano y abierto», replicó Ezatti ante las críticas a su actitud frente a las denuncias de abusos.