martes, 22 de abril de 2014
La larga huelga de hambre de los presos mapuches por un juicio justo
Marcha por la libertad de los presos Mapuches

Marcha por la libertad de los presos Mapuches

Santiago de Chile. Efe/SAH

No son los únicos pero sí los últimos en ponerse en huelga de hambre. Llevan quince días sin probar bocado y prometen continuar sin ingerir sólidos hasta que la justicia revise su proceso judicial y les someta a un juicio justo, con testigos que pongan la cara y no testifiquen, como les sucedió, con el rostro cubierto. Son los tres presos mapuches más populares de Chile: Luis Marileo, condenado a 10 años y un día; Cristián Pablo Levinao Melinao, que recibió una pena de 10 años y Leonardo Quijón Pereira con otra idéntica. A todos ellos les consideraron culpables de robo, homicidio y homicidio frustrado por tribunales de la sureña región de La Araucanía. Ellos se declaran inocentes y víctimas de intereses políticos.

Los reclusos sostienen que se trata de hechos vinculados al llamado «conflicto mapuche», que algunas comunidades indígenas mantienen con empresas forestales o agrícolas reclamando la propiedad de tierras que consideran ancestrales. «Todos los argumentos tomados en cuenta por los jueces fue basado en montajes y utilización de testigos sin rostro por parte del ministerio público», asegura el portavoz de los huelguistas, Fredy Marileo. Marileo observa que los huelguistas, que también han solicitado el traslado desde la cárcel de Angol, en el sur de Chile, hasta un Centro de Educación y Trabajo (CET), mantendrán la medida de fuerza «hasta que las autoridades tomen cartas en el asunto».

Las exigencias de su traslado inmediato al CET se basan en que aquello ya fue acordado y firmado en tres huelgas de hambre anteriores y también en los tratados internacionales, firmados y ratificados por el Estado chileno como es el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). «También por nuestra cultura, apego a la madre tierra y a nuestra comunidad y nuestra familia», insiste Marileo.

En este escenario, se refirió a la situación de un cuarto recluso, José Mariano Llanca Tori, que sufre una enfermedad terminal confirmada por un médico particular y por el propio médico de Gendarmería del recinto penal. Los mapuches solicitan para el afectado, sentenciado a seis años por robo con violencia, el indulto humanitario, «tomando en cuenta la poca probabilidad de vida que le queda». Señalan que sufre de roturas de venas varicosas que le han originado hemorragias intestinales ya estando en prisión y que actualmente padece un daño irreversible en el hígado y el esófago.

Varios indígenas que han sido encarcelados han protagonizado prolongadas huelgas de hambre, algunas de casi tres meses, para exigir garantías judiciales, que no se utilicen testigos sin rostro y que no se aplique la ley antiterrorista en sus juicios.

Peticiones del primer día