México y Colombia, en caminos paralelos de la impunidad

Por Stella MONTORO, para SudAméricaHoy

México y Colombia tienen el dudoso honor de ocupar los dos primeros lugares en el Índice Global de Impunidad (IGI) de 2015, elaborado por la Universidad de las Américas de Puebla. Únicamente Filipinas, en todo el mundo, les gana. Eso sí, con el primer puesto, por delante de 59 países miembros de la ONU.
El estudio comparó la funcionalidad de los sistemas de seguridad, justicia y protección de los derechos humanos así como la capacidad estructural de cada Estado. En función de los resultados, el IGI elaboró el ranking donde México y Colombia se llevan la peor parte, curiosamente, dos países que presumen de ir a buen ritmo en la senda del desarrollo.
La tabla de clasificación va de cero a cien. Algunas de los «puntajes» pueden sorprender pero, en general, coinciden con las informaciones que se publican o difunden habitualmente los medios de comunicación. Basta ver los cinco primeros que encabezan la lista para comprobar que las sorpresas, en general, son pocas: Filipinas (80), México (75,7), Colombia (75,6), Turquía (68,7) y Rusia (67,3).
La otra cara de la moneda, esto es, los países con un índice de impunidad baja la ocupan naciones del viejo continente que tienen fresca en la memoria guerras civiles, luchas internas o regímenes con historial no muy lejano de violencia: Croacia (27,5), Eslovenia (28,2), República Checa (34,8), Montenegro (34,9) y Bulgaria (37,5). Entre un bloque y otro asoma España y, esto sí es un dato, en el puesto 17 con 53,6 puntos.
Entre los país emergentes el índice observa que Australia, Brasil, China, India, Indonesia, Nigeria y Sudáfrica no presentan, de forma sistemática, elementos en materia de seguridad y justicia. No se puede decir lo mismo, de nuevo, de México que junto a otros once países «está a la vanguardia en información estadística en seguridad y justicia». Un dato lo ilustra la situación: cerca de la mitad de la población (46 por ciento) que está en prisión no tiene sentencia judicial.

Cada bloque (los buenos y los malos) tiene sus señas de identidad. Según el IGI, en Latinoamérica se registran mayores problemas en términos de estructuras de seguridad y justicia. En el caso de los países que formaban la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) la constante apunta a la persistente violación de los derechos humanos.
El revés sufrido por México y Colombia con el IGI les hace compartir algunos factores. «Su comportamiento resulta similar en cuanto a indicadores de impunidad relacionados con la estructura y el funcionamiento de los sistemas de seguridad y justicia», advierte el Índice Global de Impunidad.

La pregunta inmediata sería ¿Por qué? La respuesta de la Universidad de Puebla intenta aproximar una explicación: «Desde la década de los 70, se dio un incremento de la corporativización del crimen organizado, relativo al fenómeno del narcotráfico».