Ricardo Maldonado Rozo
Cartagena (Colombia), 11 ene (EFE).- La música sacra representada por autores como Antonio Vivaldi (1678-1741) e interpretada por la Orquesta Filarmónica Juvenil de Cámara de Bogotá fue protagonista hoy, en el cuarto día del Festival Internacional de Música de Cartagena (norte).
Vivaldi, pese a ser el artífice de una basta obra que se sitúa dentro de lo profano, fue también un maestro en el repertorio sacro: compuso numerosos cánticos, salmos e himnos que hacen parte de las celebraciones litúrgicas además de sus famosos «Gloria» y «Magnificat».
El director de la Orquesta Filarmónica Juvenil de Cámara de Bogotá, Federico Hoyos, explicó a Efe que Vivaldi «fue muy versátil, muy variado, muy prolífico y no podría definirlo como un compositor solamente de música sacra».
«Escribió más de 300 conciertos para violín y orquesta, sinfonías… yo creo que su obra aumenta más en lo profano que en lo sacro, pero de todas maneras si él (Vivaldi) fue sacerdote, entonces tenía un vínculo muy estrecho con la Iglesia», añadió Hoyos.
Hoyos recordó que durante los siglos XVII y XVIII «la Iglesia era la casa para muchos músicos y esa tradición desafortunadamente se ha perdido».
«Si la recuperásemos sería fantástico», agregó.
La música sacra, según la define el maestro Hoyos, «es una música con una programática destinada a lo ritual, al servicio eclesiástico».
Se caracteriza por ser escrita para las misas y los servicios eclesiásticos y es allí donde radica su inspiración, mientras que la música profana «es la que está inspirada en versos profanos o mundanos, y es más libre en ese sentido, es decir no está ceñida a una programática de ritual eclesiástico o religioso», explicó.
Hoyos precisó que a pesar de que hay discusiones sobre de dónde parte y hasta dónde va la música sacra y la profana, a su juicio «la música toda es sagrada porque la música es una expresión de vida y si la vida es sagrada pues la música también lo es».
Mañana continúa este festival que este 2016 trae grupos musicales como Tembembe Ensamble Continuo (México), Adama Bolorou Bembele (Costa de Marfil, La Capella Reial de Catalunya (España), Hespèrion XXI (España), la Banda Mantiqueira (Brasil) y la Orquesta Filarmónica de Bogotá (Colombia).
Además de maestros como el director español Jordi Savall, el director italiano Rinaldo Alessandrini, la violinista estadounidense Anne Akiko Meyers, el arpista francés Emmanuel Ceysson, el pianista cubano Mauricio Vallina y el violonchelista colombiano Santiago Cañón.