miércoles, 21 de septiembre de 2016
Ciudad de México, el nacimiento de una Constitución

Es necesario que la filosofía política analice la historia política; que distinga lo que se debe a las cualidades del pueblo de lo que es debido a la superioridad de las leyes, que determinen con cuidado el efecto exacto de cada parte de la Constitución, a riesgo de destrior algunpos ídolos de la multitud…

                                                                                                                             Walter BAGEHOT.

FedericoPor Federico PONCE ROJAS

Constitución, Carta Magna o Ley fundamental, es aquella que consolida y estructura los más caros anhelos de un pueblo libre y soberano dentro del marco del derecho para alcanzar la justicia social y el bien común.

Estudiosos de la ciencia política, del derecho, en suma,  de las ciencias humanas, convergen en el propósito último de asegurar al pueblo ese bien común tan lejano en la realidad política mundial.

La Constitución de la Ciudad de México (CDMX) verá La Luz en medio de una realidad política y social distinta a aquella que vio la Ley fundamental en 1917, cuando México nacía a la vida institucional después de una cruenta revolución que encontró en la expresión del derecho, el camino para alcanzar la justicia social en el desarrollo económico equitativo y el respeto a las garantías sociales e individuales.

Una estructura de gobierno democrática y republicana, que abría el sendero a la soberanía de los Estados Unidos Mexicanos para contar con su propia Constitución, la excepción lo fue el Distrito Federal, sede de los poderes de la Union y los territorios de Baja California Sur y Quintana Roo, estas  lograron su mayoría de edad política en octubre de 1974, hace ya 42 años, no así nuestra gran ciudad que vio en el empeño y  voluntad del Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera, la culminación de una vieja aspiración social y política de los habitantes del hasta hace unos días Distrito Federal.

La Asamblea Constituyente que se encargará de la redacción de la Constitución de la CDMX, quedó integrada el 15 de septiembre pasado en medio de críticas y protestas de corto alcance social, pugnando por intereses mezquinos y cuotas de poder, haciendo a un lado los «sentimientos de la Ciudad» el espíritu del generalísimo Don José María Morelos y Pavón, expresado al reunirse en Chilpancingo el Congreso de Anahuac en 1813,  fue ignorado de manera absurda por las críticas estériles y sin razón del partido político Morena, entre otros.

Si consideramos que una Constitución como la concibe el estado moderno se nutre precisamente de la diversidad, experiencia, talento y enjundia y que esta suma de factores llevarán a la creación de un documento fundamental, que coincida con la mejor organización de la ciudad bajo el impulso creador de la actividad de sus integrantes que sea el reflejo fiel y real de la situación social y política que se renueva día a día, el Constituyente cumplirá con esta gran responsabilidad histórica.

Los habitantes de la Ciudad de México, esperamos que de esta diversidad, experiencia y talentos le den a la composición de la Asamblea, sin importar que los diputados constituyentes hayan sido elegidos por la ciudadanía, designados por el presidente de la Republica o el Jefe de Gobierno, la fortaleza jurídica a un proyecto largamente esperado por los capitalinos, que contenga las disposiciones materiales y culturales congruentes con la condición social de este  proceso democrático.

Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno al entregar a la Asamblea el proyecto de Constitución «exhortó a los diputados constituyentes a establecer un diálogo constructivo donde las voces y aspiraciones de los ciudadanos sean el principal objetivo de los debates que se entablarán, a fin de salvaguardar los derechos de los capitalinos».

No sólo los políticos hacen política, en este caso las filas del constituyente se nutrieron  con representantes de la academia, judicatura, experiencia legislativa y ejercicio ciudadano de muchos años, las edades de estos mexicanos van de los 61 a los 91 años, experiencia sobrada, sesenta diputados de los que se espera el mejor de sus talentos plasmado en las más joven de las treinta y dos constituciones obligadas a la congruencia con la Carta Magna General.

Con 618 reformas a casi cien años de su promulgación nuestra Carta Magna será el abrevadero natural para que el Constituyente de la CDMX exprese con libertad sus ideas en un clima de armonía, dejando atrás presiones de intereses oscuros.

Temas de la mayor importancia, libertad de expresión, derecho a la protesta y al ejercicio del periodismo, la migración, respeto y amor por la ciudad, muerte digna y salud, evaluación magisterial, acceso al internet como derecho, uso de la marihuana, ciudad incluyente. En el campo político se tocan los no menos importantes conceptos del referendo, revocación de mandato, candidaturas ciudadanas y congreso de la ciudad, alcaldías y jefatura de gobierno.

Se crean una Corte para la ciudad, una Fiscalía y un Organo Anticorrupción, todo esto en 76 artículos.

La relevancia de las constituciones de las entidades federativas estriba en que estas juegan un insustituible papel en la división de funciones, límites al poder federal, la función jurisdiccional reservada a estos, se trata de un equilibrio en la gobernabilidad de la Republica, la Constitución General y las de los Estados son lazo de unión de la nación y equilibrio del poder que la soberanía del pueblo otorga a los gobiernos.

La descalificación precoz por exclusivismo odiosos de los constituyentes no anula sus calidades, ganados en el esfuerzo propio que los dignifica y que seguramente aportará su mejor criterio a esta Ley Suprema de la CDMX.

APOSTILLA: Un merecido reconocimiento a las Fuerzas Armadas de México por su impecable organización y dirección de diversos eventos en este mes de la patria, en tiempos poco serenos que alteran el espíritu ciudadano. Se cumplen 50 años de la aplicación del plan DN III en beneficio de la sociedad civil en casos de desastres naturales. ENHORABUENA!