martes, 31 de diciembre de 2019
España y Bolivia, cuestión de «cortesía», por Carmen DE CARLOS

Por Carmen DE CARLOS, para SudAméricaHoy

El Gobierno de Pedro Sánchez se ha enredado en la madeja de la indiferencia, prepotencia o desprecio, con el tema de Bolivia. Tuvo tres días para convencer al Gobierno de Jeanine Añez de que las cosas no eran lo que parecían (un plan de fuga de los hombres de Evo Morales en la Embajada de México), pero no lo hizo. Emitió un comunicado donde hablaba de una “visita de cortesía” pero al mismo tiempo anunciaba que una misión de Exteriores se desplazaría a La Paz para investigar y aclarar las cosas. O lo del fatídico viernes era algo normal, normal, o no pero las dos cosas al tiempo no podían ser.

Si los GEO (Grupo Especial de Operaciones) estaban en La Paz porque España consideraba que la situación en Bolivia todavía no se había normalizado, pues bastaba con levantar el teléfono y contárselo a la Canciller Karen Longaric. Si los cuatro agentes, como aseguran, estaban autorizados a portar armas y el Gobierno interino no lo sabía, pues explicárselo también habría sido… un gesto. Lo mismo con el tema de que los GEO se cubran la mitad del rostro cuando se sienten amenazados. Las explicaciones o respuestas concretas a preguntas que se multiplicaban con el correr de las horas eran obligadas pero no sucedieron. Parecía que el Gobierno no quería darle la importancia que merecía a un “incidente” que, finalmente, ha terminado con el escándalo de la expulsión en cadena de diplomáticos de ambos países (más los GEO). Mantener ese silencio era lo mismo que reconocer que esa “visita de cortesía”, pues, en verdad, en verdad, quizás, no lo era tanto.