viernes, 10 de febrero de 2017
Indios y decretos, Trump desentierra el hacha de guerra

Indio Yaqui Imagen. Sinaloaenlinea.com

Cuando nuestro odio es demasiado profundo nos coloca por debajo de aquellos a quienes odiamos.
La Rochefoucauld.

Por Federico PONCE ROJAS
Vicepresidente de La Academia Mexicana de Derecho Internacional.

Las primeras tres semanas de la administración Trump han delineado su particular manera de gobernar, los decretos expedidos a la fecha son una clara muestra del derrotero que seguirá este gobierno.
A través de una docena de órdenes ejecutivas ha llevado al campo de los hechos su oferta de campaña, creando un caos al abarcar diversos temas, sin orden ni sistema y mostrando incapacidad para atender todos los efectos en tiempo, forma y espacio, provocando fracturas sociales e incertidumbre, sin asumir consecuencias y apoyándose en «hechos alternativos», como hoy llama a las falsedades.
Las divisiones y enfrentamientos generados en la campaña electoral de Trump, cobran vida en los espacios de la política interna y que decir en las relaciones internacionales.
Manifestaciones fuera y dentro de EE.UU.; es de llamar la atención que en Inglaterra, su fuerte aliado, el rechazo popular a su visita a este país, ha llegado hasta el Parlamento Británico, las duras declaraciones del Presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow fortalecen esta oposición.
El decreto migratorio atenta contra los derechos adquiridos hace más de medio siglo de los los inmigrantes, violenta los derechos humanos, la libertad de credos y la movilidad que exige el equilibrio mundial en todos los ámbitos, desde el humanitario hasta negocios e inversiones.
De ahí que la sociedad norteamericana haya expresado su condena enérgica a esta «orden ejecutiva» a través de funcionarios y diplomáticos de muy alto nivel, incluida la Procuradora General en funciones Sally Q. Yates a quien el presidente cesó de inmediato por negarse a aplicar el decreto, que a juicio de la funcionaria, resultaba inconstitucional, empresas, instituciones financieras, asociaciones para la defensa de las libertades civiles, instituciones de educación superior, profesores de Derecho, etc.

Trump sigue su camino…

Las facultades reglamentarias que la Constitución de los EE.UU. otorga al presidente son muy amplias, sin embargo no pueden ser contrarias a ésta y deben estar debidamente fundadas y motivadas. Corresponde a la Corte la interpretación única de estos actos juridico-administrativos, razón por la cual el juez federal James Robart, suspendió el mencionado decreto en respuesta a la demanda que presentaron los estados de Washington y Minnesota, sumadas a más de una veintena de adhesiones de procuradores estatales.
Se escuchó igualmente la voz de rechazo a este decreto, de dos ex secretarios de Estado la Sra Albretch y John Kerry, así como el ex director de la CIA,Leon Panetta.
La respuesta de Trump a su muy personal estilo no se hizo esperar y arremetió contra el juez aseverando que la medida del «llamado juez» era ridícula; sumándose al reclamo de manera menos virulenta el Vicepresidente Pence, argumentó que el presidente tiene derecho a criticar a los otros dos Poderes de la Unión y que ganarán la batalla judicial. Desde luego la apelación llegó con toda su fuerza, embarcando en el litigio a los secretarios de Estado y de Seguridad Nacional. La apelación fue rechazada por el juez y ahora será la Corte de Apelaciones del 9 circuito con sede en San Francisco California. la que decida si procede y en qué términos. El falló debe ser por unanimidad de los tres jueces (uno de ellos muy conservador). Cualquiera que sea el resultado, el litigio podría terminar en la Corte Suprema, actualmente integrada por cuatro jueces conservadores y cuatro liberales.
Los enfrentamientos de Trump y su agria crítica contra todo y todos los que no coinciden con su opinión le ha ganado una gran resistencia entre la población, los medios de comunicación, Estados de la Union, el Congreso (muchos legisladores republicanos han expresado su desacuerdo en varios temas y el proceso de ratificación de varios secretarios, inconcluso, ha sido muy arduo) y ahora el Poder Judicial (no es la primera vez que esto sucede, el año pasado como candidato lanzó una furibunda crítica contra un juez federal de ascendencia mexicana, Gonzalo Curiel). Que decir de las muestras de rechazo a su política a nivel internacional.
Será difícil evitar que el caos generado alcance niveles de ingobernabilidad con consecuencias irreparables.
Ante este panorama las negociaciones de México requieren del mayor conocimiento, experiencia, atingencia, paciencia y perseverancia, sin olvidar que los tribunales del vecino país tienen competencia para conocer de muchos asuntos que ponen en riesgo la estabilidad entre ambos países.


La obsesión de Trump por construir el «muro» no solo enfrenta rechazo en México, también en su propio Congreso (incluyendo algunos republicanos), en organizaciones de Derechos Humanos para proteger a los migrantes o como medida eficaz contra el narcotráfico, en ambientalistas que consideran daños irreversibles al medio ambiente, (la ONU ya se ha pronunció a este respecto) y desde luego la economía.
Es el caso de diversas tribus indígenas o nativos americanos, que han manifestado rotundamente que no permitirán la construcción del muro en sus terrenos y que acudirán si es necesario ante los tribunales para hacer valer sus derechos, entre otras los kikapu, un pueblo binacional que migra cíclicamente entre los territorios de Coahuila, México y Arizona, Oklahoma, Kansas y Texas, EE.UU. Migración qué obedece a sus usos y costumbres, familias enteras en ambos lados de la frontera.

De igual manera la Nación Tohono O’odham (gente del desierto) que habita en el desierto de Sonora MX. Y Arizona EE.UU. dueños de tierras (11,534,012 k,s cuadrados) que abarcan más de 100 kilómetros de frontera y, los pueblos Yaqui cuyos jefes ya sentenciaron: «El Muro sobre mi cadaver».
Es previsible que las demandas instauradas en contra del Decreto Ejecutivo de Trump en materia migratoria, abran la puerta a muchas otras acciones de esta naturaleza ante instancias judiciales como medio de defensa de otras tantas «órdenes ejecutivas».
Pareciera que la oposición de la tribu Sioux Standing Rock para la construcción del oleoducto en Dakota, que atraviesa cuatro estados y autorizada en otro polémico «decretó» también llegará a los tribunales, debido a que esta tribu señaló que luchará contra esta última medida, en todas las instancias.
La incertidumbre no termina y se siguen generando daños con acciones de desgobierno que a todos afectan.