viernes, 30 de junio de 2017
Insurrección del pensamiento

El pueblo es el soberano. Pero esa soberanía nunca llega a su edad madura y por lo tanto tiene que permanecer bajo el cuidado permanente de un guardián: nunca puede ejercer sus derechos por sí mismo sin dar ocasión a peligros ilimitados, especialmente ya que, como todos los menores, es fácilmente engañado por la astutos impostores, los que son llamados por lo tanto demagogos.
                                                                                                                           Arthur Schopenhauer

Por Federico PONCE ROJAS

Convulsión social que estremece las raíces del Estado y destruye progresivamente el tejido social. Vivimos restregándonos errores y omitiendo correcciones o aciertos. Llenamos la vida de la exigencia y olvidamos el compromiso.

La concepción de Heller sobre un estado que debe ceñirse a la justicia para alcanzar el bien común se pierde progresivamente con la ya crónica enfermedad de las conductas antisociales. Recorremos acontecimientos recientes en el mundo y la descomposición de los valores fundamentales del Estado se acentúa de manera acelerada. La preeminencia de los intereses económicos determinan directamente la política en el orden mundial.

Naciones envueltas en cruentas revueltas, hermanos contra hermanos, violencia y corrupción no sorprende a nadie y el escándalo es lo común. Los intereses de fuera y de dentro afectan las democracias con políticas inusitadamente vertiginosas y la política se torna en un engaño para el pueblo.

Según la ONU cinco millones de Sirios han huido de su país y han muerto quinientos mil personas. La corrupción y la represión brutal son el origen de esta guerra fratricida en la que cada potencia busca su propio beneficio ignorando la paz y en la que el fin se ve lejano.

El gobierno tiránico de Maduro en Venezuela es la gran vergüenza de Iberoamérica. Julio Borges presidente del Parlamento sentencia: el país está sumido en el caos. El orden jurídico está completamente fracturado.
Demagogia pura, un dictador que mandó «al diablo las instituciones» y que ahora amenaza con las armas para conseguir aquello que no se logró con votos. La represión no distingue y la Fiscal General de la República, Luisa Ortega, otrora marioneta del régimen, hoy se prepara con las cuentas congeladas y la prohibición de salir del país, para enfrentar juicio ante el Tribunal Supremo, instrumento de venganza del tirano.

En Brasil el presidente Temer se enfrenta al fiscal general y el maridaje corrupción-política es la base de acusaciones mutuas.
«No voy a permitir que se cuestionen ni mi honor ni mi dignidad. No huiré de las batallas» sentencia, acusado de recibir sobornos de una empresa cárnica. El expresidente Lula a la espera de sentencia judicial.

El presidente Trump enfrenta investigaciones de un fiscal independiente, su situación fiscal es oscura y la percepción en el mundo es de un individuo «arrogante y peligroso» según, los propios republicanos como el senador Graham ha dicho que «sus tuits no están a la altura del cargo y representan lo que está mal en la política estadounidense, no la grandeza de Estados Unidos» El consenso general, incluso de quienes lo apoyaban es que deje de tuitear.

Mexico atraviesa un clima de violencia y corrupción inédita, narcotráfico galopante y delincuencia organizada que cada día se adueña de más espacios y agrede a la población recurriendo a tácticas de tipo terrorista. Un buen número de gobernadores imputados de cualquier partido, periodistas asesinados, espionaje. Elecciones recientes judicializadas y poca o ninguna esperanza en el proceso electoral por venir, principalmente para presidente de la Republica.
Las candidaturas y la oferta partidaria es nula y el sempiterno AMLO (Andrés Manuel López Obrador), dueño de MORENA se jacta de puntear las preferencias y como no, si es el único visible y ha hecho campaña por casi dos décadas.

En este desierto de líderes y ante el panorama de candidatos vistos, desgastados y abúlicos, destaca la nota de Bloomberg que refería hace un par de días «Este hombre podría ser el líder del Banco de México, o quizá de la Nación» se refería a José Antonio Meade, actualmente Secretario de Hacienda, con una reputación de hombre honesto y capaz, ha servido en regímenes panistas y priistas, con la misma entrega y enjundia, es un servidor que resuelve problemas y su quehacer político es discreto y eficiente. Varios sectores de la política y de la sociedad civil lo consideran como la mejor opción para el PRI en la contienda presidencial, en el clima enrarecido que vive nuestro país la economía se recupera y muchos votantes estarían dispuestos a otorgar su apoyo.

El jefe de Gobierno de la CDMX Miguel Ángel Mancera, -«no tengo por qué rajarme para 2018»-, sugirió hace un par de meses al PRD que apueste por un candidato ciudadano a la Presidencia de la República y le pidió que escuche a la gente. Buena apuesta cuando partidos sin rumbo generan más desconfianza que certeza con coaliciones frágiles e ideológicamente opuestas. Buscan el voto como número y no como expresión soberana del pueblo inmerso en el hartazgo. La presentación de un proyecto con su visión de gobierno, es esperada este semestre precisamente por aquellos que dejaron de creer en los partidos y los ubican como cuevas de interés particulares.
Seguramente los exabruptos del gobernador de Nuevo León «El Bronco Rodríguez, denunciado en PGR por atentar contra la libertad de expresión, minarán la idea de candidaturas independientes.