Por Ernesto SÁNCHEZ, para SudAméricaHoy

“Las niñas bien” es el segundo largometraje de Alejandra
Márquez Abella y el tercero de los cuatro mexicanos del concurso oficial de la 13a. Fiesta del Cine de Roma, después de “Bayoneta” de Kyzza Terrazas y “La Negrada” de Jorge Pérez Solano. «Las niñas bien», también es el primero de los dos filmes dirigidos por mujeres, antes del semidocumental “Titixe” de Tania Hernández Velasco, un despiadado retrato de la alta burguesía azteca que ve peligrar su ostentoso nivel de vida con la gran devaluación de 1982.
En vísperas del anuncio del presidente López Portillo de devaluar el peso
con la consiguiente ruina de todos los que tenían deudas en dólares, Sofía
y Fernando son una pareja feliz: él se puede permitir regalarle un coche
flamante a su esposa con motivo de su cumpleaños, ella se puede ir de compras por las tiendas exclusivas del DF.
Las niñas bien que da el título al film, son Sofía y sus amigas ,todas
amparadas en la seguridad de sus privilegios y de sus riquezas, eternamente
chismeando de divorcios y adulterios hasta que el tema central pasa a ser el
de las quiebras y los suicidios.
Convencidas de pertenecer a una clase dominante, se alían contra una
recién llegada que ha ascendido socialmente gracias a un marido adinerado y
encima dueño de una casa de cambios que le permite zafarse de la tempestad
monetaria.
Y será esta “parvenue” (como la llaman las amigas) la que permitirá
salvarse a Sofía y su marido. El film llega a Roma después de haber obtenido buenas críticas en Toronto y Chicago y estrenarse en el festival de Morelia el 22 de octubre, razón por la cual Márquez Abella no pudo acompañar su película a la Fiesta
del Cine. Comedia cruel y amarga, “Las niñas bien” convenció a la Fiesta del
Cine de Roma gracias a una sapiente vena narrativa de parte de la guionista y
directora, una interpretación de primer orden de Ilse Salas y una luminosa
fotografía de Dariela Ludlow.