domingo, 20 de junio de 2021
«Malagradecidos», por Luli DELGADO

Por Luli DELGADO, para SudAméricaHoy

Con todo esto de la tecnología y  los avances y más avances de Internet, siempre he amparado mi ignorancia bajo la premisa de que no nací ni con una computadora ni un teléfono celular en mi casa. Y lo doy por resuelto.



La semana pasada mientras esperaba que me tocara mi turno en la farmacia, me quedé del lado de afuera según manda el nuevo protocolo y me puse a ver. La verdad es que nunca he sabido cuál es cuál, lo que sí se es que existe una diferencia entre mirar y ver. Con una, los ojos ejercen la función de captar imágenes. Con la otra, el cerebro reconoce y percibe más en serio lo que los ojos captan, pero se me confunden siempre.
Pero a lo que voy es a que mientras esperaba, me puse a repasar con detalle todo lo que había a mi alrededor y ahí me di cuenta de que si hay algo que nos rodean son las invenciones.



Fíjense si no: la fotografía, la imprenta, el scotch tape, el paraguas, las mesas, el asfalto, la luz, los semáforos, los autobuses, los carros, el vidrio, las servilletas, tazas y platos, carteras, vestidos, espejos, el metro, zapatos y ropa de todo tipo. bicicletas, audífonos…
Nada de esto surgió por generación espontánea, y en algún momento les tocó su estreno. Sin excepción, cuando nacieron había una generación entera que no los conocía y que poco a poco se fue asimilando a la modernidad así como a mi generación le tocó asimilar el ciberespacio.   
Somos bien ingratos la verdad, pero con la parte que me toca quiero aprovechar para agradecerle profundamente a alguien a quien yo le levantaría una estatua: se trata de Warren Teitelman, el genio que inventó el “undo”, o control z.
Gracias a él, mi generación ha logrado capear el temporal que ha sido para nosotros meternos en ese mundo. Y bueno, me tocó mi turno en la farmacia y se evaporó el hilo de lo que ahora les cuento. Pero les dejo la lista, por si acaso se animan a continuarla…