sábado, 2 de junio de 2018
México, a velocidad crucero

 

Por Federico PONCE, para SudaméricaHoy

En medio de esta vorágine de temores, incertidumbre, desconfianza e incredulidad, los mexicanos no podemos perder de vista los logros alcanzados y la potencialidad de un gran país que se resiste a que la violencia inusitada, la corrupción galopante y la impunidad lacerante lo venza y a conformarse con vivir en esta pesadumbre dando paso a jinetes aún más apocalípticos.

En un reciente viaje al norte del estado de Veracruz, transitando por el nuevo corredor México – Tuxpan, la maravilla del entorno y el reconocimiento de la alta ingeniería mexicana, que hizo posible acceder a  un puerto de la mayor importancia en poco más de 3 horas, me permitió reflexionar sobre lo mucho que ha crecido y avanzado México. La dignidad de los mexicanos y su amor inmenso por esta patria no debe permitir dar un solo paso hacia atrás. Hay que consolidar lo hecho y avanzar al futuro cobijados por un estado de derecho en el que se respete una democracia republicana.

México es el octavo país más competitivo del mundo en manufactura, rompió récord de producción automotriz en el 2017 y es ya el sexto productor de vehículos en el mundo. Somos, por primera vez en su historia, exportadores de más productos agrícolas de los que importamos y estamos entre los principales productores del mundo de aguacate, tomate, brócoli, chile, cerveza, huevo, berries, legumbres, etc.

México es el país que más tratados de libre comercio tiene en el planeta, tenemos 45 tratados en relación a los 17 de los EUA.

Logramos la más baja inflación que hemos visto en décadas., rompimos el récord en atracción de inversión extranjera directa en el 2016 y 2017 y nos hemos convertido en el destino preferido de inversionistas y empresas trasnacionales en América.

México duplicó en los últimos seis años su infraestructura en transporte de gas natural con pura inversión privada. Es uno de los principales destinos de proyectos de energía renovable (solar y eólica) en el mundo y duplicó, en los últimos 10 años, la capacidad en generación de energía eléctrica. Somos la economía más grande de América Latina y de acuerdo con el Chicago Baird of Trade, la más atractiva de las economías emergentes; tenemos una moneda estable a pesar de los vaivenes y de los ataques que sufre y que no son necesariamente por razones meramente económicas.

Este país logro subir su recaudación fiscal del 10% del PIB hace 10 años al 17% del PIB aun cuando su principal contribuyente – PEMEX – bajo su rendimiento debido a la caída en los precios del petróleo, es cierto, pero también hay que reconocer que la economía pudo despetrolizarse.

En este contexto descubrí un ejemplo de paz, tranquilidad y armonía en San Rafael, Veracruz. Con una comunidad creativa como la franco-mexicana que ahí reside de tantos años la población se dedica al campo, el comercio y la industria. en su mayoría del ramo petrolero. Esto sin contar  el turismo que genera fuentes de trabajo y riqueza.

Lugares espléndidos con sus ríos, sus playas y con hoteles únicos como “Azúcar” o el ejemplo de una pensión agrícola como “Maison Couturier” (concepto de probado éxito en países europeos como Francia, Italia o España)  acogen a los visitantes con los brazos abiertos. Se comparte  esta gran riqueza natural, donde no han descuidado los aspectos educativos, culturales, artísticos y los lazos históricos que nos unen con otras naciones. Se organizan exposiciones con obras de artistas residentes como Eugénie Dernarnaud y Fabián Léaustic en Casa Belin que auspició la Fundación Casa Proal. El festejo posterior, ofrecido por la fundación Couturier, fue una fiesta de colores, sabores, aromas, música, baile y personas de diversas partes del país y del mundo, dedicadas a todo género de actividades, envueltos por la magia de un sitio atemporal en medio de un enorme platanal, en donde hasta un viejo refrigerador de 300 años de antigüedad funciona.

Estas reflexiones me llevan a afirmar que en México hay esperanza a pesar de sus problemas de corrupción, de inseguridad, de pobreza y desigualdad y de sus malos gobiernos que no han cumplido con los principios de buscar el bien común. Que las políticas erráticas del pasado, se pueden resolver con trabajo en armonía, en paz y desterrando este bagaje brutal del pasado que no permite que avancemos más rápidamente hacia un destino mejor.