jueves, 9 de marzo de 2017
Palabra de Trump, palabra de…


Por Federico PONCE ROJAS

La Constitución de los Estados Unidos de América es la Ley Suprema, escrita vigente, más antigua de una nación y ha sido inspiración y fuente de otras muchas. La mayor parte de los países latinoamericanos tomó, en su momento, como modelo esta Constitución republicana, para elaborar las suyas con principios fundamentales como  la protección a los derechos individuales y la imposición de  límites al estado.

Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América. 4 de julio de 1776.

“Sostenemos como verdades evidentes que todos los hombres nacen iguales; que a todos les confiere su Creador ciertos derechos inalienables entre los cuales están la vida, la libertad y la busca de la felicidad; que para garantizar esos derechos, los hombres instituyen gobiernos que derivan sus justos poderes del consentimiento de los gobernados; que siempre que una forma de gobierno tienda a destruir esos fines, el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, a instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio garantice mejor su seguridad y su felicidad.

A estos principios se sumaron los valores que la revolución francesa en 1789 enarbolaba, dando a la mayoría la razón en una ley superior:  Libertad, Igualdad y Fraternidad, lema que la República Francesa adoptó como principios fundamentales, estableciendo los derechos inalienables de los individuos.

Estos principios constitucionales, influyeron de manera definitiva en América latina para promulgar Constituciones que supeditaran los derechos de los individuos al interés de las mayorías en la búsqueda del bien común.

En este contexto el juramento del presidente de los Estados Unidos contenido en su Constitución, artículo II, sección 1a; protestado por Donald Trump el pasado 20 de enero, establece:

“Juro (o prometo) solemnemente desempeñar con fidelidad el cargo de Presidente de los Estados Unidos, y preservar, amparar y defender la Constitución de los Estados Unidos lo mejor que pueda”.

Este juramento entraña  la obligación primigenia del respeto absoluto a los derechos humanos, incumplida por Trump con declaraciones y acciones, que en el ámbito jurídico se denominan «Decretos Ejecutivos»  y que han puesto al mundo en estado de  alerta en menos de dos meses de gobierno.

En el más reciente «Decreto Ejecutivo de Migración», que seguramente volverá a ser motivo de  confrontación con el poder judicial, ya que Fiscales de varios estados encabezados por Bob Ferguson de Washington, están revisando cuidadosamente la nueva orden presidencial para decidir si es necesario recurrirla nuevamente.

Se trata de un decreto que es una verdadera “chicana” * y que repite en esencia los mismos puntos que violentan y transgreden el espíritu de su ley suprema, la excepción de éste, es dejar a Irak fuera de la lista de países bloqueados para  entrar a los Estados Unidos, pero  que en esencia es igual al primer decreto impugnado.

En relación con este primer “decreto ejecutivo” el juez elegido por Trump para la Suprema Corte, Neil Gorsuch, (en proceso de ser ratificado por el senado) calificó de “desalentadores y desmoralizantes” las invectivas (afirmaciones duras y violentas  contra las personas) de Trump contra jueces, que en uso de sus facultades anularon dichas órdenes y que dieron la razón a los Procuradores de los estados de Washington y Minnesota.

Otro desvarío que ha generado desconfianza ente las instituciones de inteligencia, seguridad nacional y seguridad pública de Estados Unidos de América, es la acusación infundada de Trump por espionaje telefónico en contra del expresidente Obama; demócratas y republicanos reaccionaron de manera negativa ante estas afirmaciones y al uso irreverente de los tuits, pues afirmaron que estas expresiones no están a la altura de la presidencia.

Al respecto el director del FBI James Comey,  pidió al Procurador General Sessions que desmintiera y rechazara la acusación de Trump de espiar sus conversaciones telefónicas, ya que es improcedente iniciar una investigación sin presentar pruebas, circunstancia de suya difícil, cuando el propio Procurador es investigado por vínculos con Rusia y cuya cabeza piden los líderes del partido demócrata

El Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, sin embargo, decidió que investigará a Obama sobre esta acusación.

Son  contrarias también al espíritu constitucional, las políticas económicas de Trump y que han sido rechazadas por la mayoría de los economistas (285 encuestados) de grandes empresas de ese país.

Tres puntos sobresalen en la encuesta que realizó la Asociación Nacional de Economía Empresarial (NABE, siglas en inglés).  Publicada por CNNMoney el pasado 7 de marzo:

•          Políticas de migración

•          Manejo de la deuda

•          Negociación del TLC

Todo lo anterior más los ataques a la prensa, la construcción del muro fronterizo con México y otras linduras, constituyen el día a día de la agenda presidencial y sobretodo la falta de compromiso

con La Ley Suprema  y su consecuente incumplimiento con el Derecho Internacional.

   *Artimaña de mala fe utilizada en un litigio por alguna de las partes.