lunes, 28 de septiembre de 2020
«!Que te la pongas!», por Luli DELGADO

Por Luli DELGADO, para SudAméricaHoy

Me escribe un amigo desde Atlanta: “Camino todos los días alrededor de un gimnasio nuevo. 95% de los atletas va sin máscara”. En el NYT aparece una nota de un chofer de autobús que fue golpeado por un pasajero al que le reclamó que no tenía puesta la máscara. Aparece en FB un video de un hombre airado gritándole improperios a una mujer dentro de una tienda por la misma razón. El que lo colgó se preguntaba si la agresión verbal hubiera sido del mismo tamaño si el asunto hubiera sido entre hombres. Vaya uno a saber.
El caso es que con la idea de escribir sobre el rechazo a las máscaras, y a sabiendas de que tratar de recuperar el video en FB es virtualmente imposible, entro en YouTube y busco: “hombre insulta a mujer que le reclama por no usar máscara”, y resulta que se viene abajo la página con videos que ilustran varios casos idénticos en diferentes lugares del mundo.
Mientras tanto, la OMS insiste en que viene, o ya llegó, una segunda oleada de la pandemia.

Según dónde y a quién se consulte, la opinión puede ser diferente. Hay quienes defienden a capa y espada el uso de máscaras y quienes siguen insistiendo en que es poco más o menos que una necedad. Pero si nos paramos a pensar, todo apuntaría a que adoptar una nueva costumbre es lo que realmente nos cuesta trabajo.

Lo mismo nos pasó con los cinturones de seguridad. Al principio, ni había. Después aparecieron los que se abrochaban en la cintura, y por último los que van del hombro a la cintura, que son los que usamos actualmente. Pero tenemos que reconocer que entramos por el aro cuando las autoridades se pusieron de acuerdo en que no usarlo era motivo de multa. Ahí sí, se nos acabó la renuencia.

Y ya en temas más íntimos, recordemos el uso de preservativos, motivo de millones de campañas en el mundo entero, no ya como método de contracepción sino como literales salva vidas.


Costó tomar conciencia y aquí el recurso de la multa no se aplica. Pero a pesar de los niños que siguen llegando al mundo sin buscarlos, parecería que hoy en día su uso se ha convertido en algo común entre las parejas.

Regresando al COVID, nuevamente se yergue como una muralla medieval el “a mí no me va a pasar”, y “esas cosas nada más le da a los otros“, ni se diga.

Por eso cuesta mucho andar por la vida diciéndole a todo el que va sin máscara: “!que te lo pongas te digo, &@$(*!”.

Algún día aprenderemos…