lunes, 12 de marzo de 2018
«Reelecciones municipales, legislativas y presidenciales», por Federico PONCE ROJAS


A la compañía mágica con la que disfruté enormemente en la “rodada Veracruz-Tlacotalpan-Veracruz, a la belleza incomparable de Tlacotalpan, a las aguas no siempre mansas del Papaloapan.

México. Por Federico PONCE ROJAS, para SudAméricaHoy

“Sufragio Efectivo no Reelección” lema de la campaña de Francisco I Madero, divisa de la Revolución Mexicana que durante décadas fue el freno al apetito reeleccionista del caudillaje hambriento de poder, reviste a partir de la reforma constitucional de 2014 (artículos 59, 115 y 116) una nueva perspectiva en lo que hace a la “reelección” por lo que se refiere a la encomienda de los gobiernos municipales y a las tareas legislativas, manteniéndose la restricción para presidente de la República y gobernadores.

A propósito de la reelección de alcaldes me referiré al desastre natural ocurrido en Tlacotalpan hace casi ocho años, movido en parte por mi reciente visita a este pedazo de patria, mágico y seductor, espacio más que propicio para la reflexión, repasando el tema de la reelección pensaba en que el arduo trabajo realizado en aquellos días, hubiese encontrado continuidad y prontitud si la reelección de la alcaldesa en funciones en ese tiempo, hubiera sido posible.

En la reforma política que hoy vivimos, se abre la puerta a una sana y necesaria reelección de alcaldes, regidores, síndicos, diputados locales, federales y senadores.

Tlacotalpan ejemplo de fibra y coraje de los veracruzanos, la milagrosa recuperación de las aguas de esta parte de nuestro México, regalo de historia, de tradición, cultura, gastronomía, riquezas naturales, etc., al mundo; patrimonio de la humanidad rescatado de las terribles inundaciones, arrojadas por los huracanes “Karl y Mathew en agosto y septiembre del 2010.

Pueblo y gobierno unidos en una tarea heroica que parecía imposible, lamentables pérdidas humanas, daños materiales incalculables quedaron inscritos en una historia de solidaridad, trabajo y empeño. Cicatrices apenas visibles, superadas por la belleza del lugar, quedan como testimonio del valor y el trabajo de los mexicanos.

Ejemplos de este valor hay muchos y en todas partes del país, el terremoto del pasado año es una muestra innegable de que no hay reto que los mexicanos no podamos superar, hoy la democracia nos exige actuar con sensatez y congruencia emitiendo un “voto limpio” que ignore la violencia, los ataques mezquinos y la falta de propuestas de campañas políticas que agravian la inteligencia de los mexicanos.

El hartazgo del votante es manifiesto, los debates por venir no auguran saldos positivos, y se perciben como arenas de luchas personales, venganzas públicas, promesas febriles, irrealizables que a nadie convencen, vamos contiendas estériles ante un pueblo urgido de justicia y seguridad.

El municipio mexicano ha sufrido desde el tiempo corrido de la revolución hasta nuestros días la insuficiencia de un breve periodo, tres años, en el que obras precipitadas, rescates inconclusos, administraciones truncas han sido terreno fértil para la corrupción y la inseguridad, gravísimos problemas que hoy padecemos.

La cédula social primaria de nuestra organización republicana es el municipio y este tiene que enfrentar problemas de la mayor envergadura para dar respuesta en primera instancia a los habitantes de su territorio, su capacidad para enfrentar estos grandes problemas, derivados de las limitaciones de servicios públicos básicos ha incidido de manera drástica en la calidad de vida de aquellos.

Las responsabilidades de los municipios (Delegaciones en la CDMX) para con sus habitantes son cada vez mayores, no sólo los limitados fondos públicos, restringen su capacidad de respuesta, la globalización de la economía, migración clandestina, narcotráfico, crimen organizado y sus consecuencias, la gradual desaparición de una identidad y rasgos culturales, tradiciones, usos y costumbres, son retos que van más allá de sus territorios y que son de suyo propios de un estado de derecho.

El tema de la inseguridad y la violencia que genera ha cobrado grandes dimensiones y, los breves periodos de gobierno municipal no permiten estructurar una policía que responda en todos los ámbitos a este desafío, el ir y venir de sus elementos, falta de controles, capacitación, arraigo y recursos, necesitan más de tres años para alcanzar un nivel aceptable.

La seguridad empieza en el municipio, programas integrales y de larga duración acordes con autoridades estatales y federales, podrían ser un buen principio.

En el caso de diputados y senadores, la continuidad del proceso legislativo dará celeridad a sus decisiones y es de esperarse que los proyectos de ley ya no duerman el sueño de los justos, la rendición de cuentas es otro aspecto que se espera mejore.

La reelección de alcaldes y miembros del poder legislativo, será posible además de lo establecido en la reforma política, por la aprobación o rechazo social de esta fórmula republicana, adoptada por nuestra democracia y sancionada por nuestra Ley Suprema.