lunes, 18 de noviembre de 2019
Soberanía y evolución

Federico PONCE ROJAS, para SudAméricaHoy

La fortaleza de una sociedad depende de la fortaleza de sus universitarios y de su adecuada preparación para erradicar la violencia y la criminalidad.

Dra. Patricia González Rodríguez

Concluyeron los trabajos del Primer Congreso Internacional sobre Seguridad Ciudadana organizado por el Seminario Universitario Interinstitucional sobre Seguridad Ciudadana de la UNAM. Trabajos orientados a desarrollar una política universitaria dirigida a promover una cultura de seguridad y defensa por la paz, mediante la educación y la investigación. El objetivo estratégico es la búsqueda para establecer vínculos de comunicación con la sociedad, que coadyuven en la mejor comprensión del valor que tiene la intervención de los ciudadanos en la creación de una cultura de seguridad.

Dentro de este Primer Congreso, los especialistas nacionales e internacionales identificaron como necesidad apremiante la creación de mecanismos sociales para sensibilizar y concientizar de los riesgos y amenazas por los que actualmente atraviesa la seguridad de las personas en nuestro país.

Dentro de esa perspectiva el tema de la seguridad ciudadana tiene un significado especial en estos momentos. El índice de criminalidad y violencia en el país, muestra preocupantes signos de ruptura de los lazos sociales de convivencia pacífica.

Al tratar el tema de la SEGURIDAD NACIONAL, establecimos que se trata de una política de Estado, sin eufemismos políticos o sociales, el orden jurídico es la columna vertebral y su población asentada en el territorio soberano, la vida del estado.

El principio de Soberanía, entendida ésta como la instancia superior de decisión para resolver conflictos dentro de un espacio geográficamente determinado, queda severamente cuestionado, toda vez que las relaciones, fuerzas e influencias del mundo exterior, son factores para la realización de ciertas conductas o acciones. Ya no tenemos más países aislados, proteccionistas y conservadores. Los países y las regiones dependen cada vez más unos de otros.

El concepto de Soberanía tradicional bajo el que se construyeron y fortalecieron los países en el siglo XX ha quedado atrás. De ahí la necesidad de que surjan nuevos y poderosos instrumentos legales que permitan por un lado, la regulación de estas nuevas relaciones entre los individuos y los países, y por otro, que respondan a las necesidades y a los problemas que el mundo moderno va presentando.

La integración básica de la seguridad nacional como política de estado se constituye con la legalidad y la legitimidad con el objeto de proteger la integridad territorial y la soberanía, garantizar la paz social y el orden jurídico, corresponde a la seguridad pública custodiar la libertad el orden público y la armonía así como proteger la integridad física, moral y el patrimonio de las personas. La seguridad ciudadana requiere la colaboración de la sociedad en general para desarrollar una convivencia pacífica y ordenada, erradicando la violencia.

Un concepto integral de seguridad nacional incluye, seguridad pública, económica, política, de protección civil y ecológica para garantizar la vida democrática, la paz social, la certidumbre política y la cohesión nacional.

Cabe señalar como ejemplo, que el narcotráfico amenaza la seguridad nacional y se expresa en la demanda de estupefacientes por el mercado más grande del mundo, el trasiego de sustancias prohibidas a los destinos del norte y las presiones sobre los mercados financieros internacionales por el lavado de dinero. Internamente, se manifiesta en corrupción y violencia, constituye igualmente uno de los problemas de salud pública más delicado del siglo XXI.

El gran reto, es desarrollar una política de estado que privilegie la seguridad nacional que atienda la seguridad pública, la democracia, el desarrollo económico y social y, la política exterior.

En este contexto, conviene recordar que la violencia, presente en todas las expresiones de la vida cotidiana de nuestro país, hace presa ahora de los derechos humanos con la designación ilegal (consecuentemente nula) ilícita e inmoral de la titular de la CNDH. Bloqueos en la cámara de diputados, destrucción y agravio a la UNAM, caos y barbarie.