miércoles, 27 de marzo de 2019
«Sufragio efectivo, no reelección», por Federico PONCE ROJAS

“En política: la forma es fondo”. Jesús Reyes Heroles (1921 – 1985)

Por Federico PONCE ROJAS, para SudAméricaHoy

Dos acontecimientos recientes llaman la atención. El pasado 12 de marzo el gobierno federal retiró de su papelería oficial la frase “SUFRAGIO EFECTIVO. NO REELECCION”, eslogan de campaña de Francisco I. Madero en el año de 1910 para competir por la Presidencia de la República contra Porfirio Díaz quien llevaba 35 años en el poder y, principio fundamental de la Revolución Mexicana. Posteriormente, el 19 de marzo el presidente López Obrador dirigió un mensaje “epistolar” en relación a su compromiso de no reelegirse. De este mensaje resaltan las siguiente expresiones:“A lo largo de más de 20 años he declarado en diversas ocasiones que de llegar a un puesto público me sometería a la revocación de mandato. Así lo hice cuando fui jefe de gobierno del entonces Distrito Federal y en las tres campañas presidenciales posteriores a ese cargo reiteré tal compromiso.Así, a mediados de mi mandato, en 2021 se deberá llevar a cabo una consulta para preguntar a los ciudadanos si quieren que continúe gobernando o que renuncie”.

«Reafirmo que no soy partidario, no estoy de acuerdo con la reelección y que nunca, bajo ninguna circunstancia, intentaría perpetuarme en el cargo que actualmente ostento, porque ello no sólo significaría ir en contra de la Constitución, sino también traicionar mis principios y renegar de mi honestidad que, estimo, es lo más valioso en mi vida». Esta expresión puede o debe entenderse también más allá de un acto negativo, como la revocación, al acto positivo de ratificación como consecuencia de una aprobación popular expresada en un sistema electoral previsto para las elecciones fundamentalmente de diputados. Es decir, a este formato aprobado en nuestro sistema democrático para elegir a través del voto popular a los representantes del poder legislativo, se suma el objetivo de una consulta popular. Para el efecto, el presidente envió al Congreso una iniciativa más, de reforma constitucional, para llevar a la práctica dicha consulta.

El cumplimiento estricto de nuestra Constitución Política, esencialmente de los artículos 83 y 87 que establecen el principio de la no reelección de tipo total para el cargo de Presidente de la República. El art. 83, dispone que aquel ciudadano que haya desempeñado el cargo de Presidente de la República, electo popularmente o con el carácter de interino, o sustituto, o asuma provisionalmente la titularidad del Ejecutivo Federal, en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a desempeñar ese puesto”.

El artículo 87 establece “El Presidente, al tomar posesión de su cargo, prestará ante el Congreso de la Unión o ante la Comisión Permanente, en los recesos de aquél, la siguiente protesta: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”… El constituyente consideró que el sistema reeleccionista era un lastre para el país. Y que esta prohibición para el presidente y los gobernadores fortalecería los principios democráticos y republicanos, para la transformación de México. Lo anterior bastaría para que la “carta compromiso” del presidente fuese innecesaria e inoperante pero cuando la Carta Magna y las leyes que de ella emanan pueden reformarse rápidamente y a modo, cobra sentido tal compromiso (ojalá se cumpla).

Ironías políticas de nuestra historia democrática, Antonio López de Santa Anna ocupó de manera accidentada la presidencia de Mexico 1833-1855. Benito Juárez, presidente de Mexico, de manera intermitente desde 1858 hasta su muerte en 1872. Porfirio Díaz Mori se pronunció en contra de Juárez en 1871 ( Plan de la Noria) enarbolando el constitucionalismo y la no reelección, se mantuvo 35 años en la presidencia.La fortaleza política de Madero radicó en su convicción de combatir la reelección.Obregón ganó las elecciones en 1920 con el 95% del total de la votación, en 1928 pagó con su vida, la intentona reeleccionista.