El presidente Enrique Peña Nieto con Donald Trump durante la polémica  visita de campaña a México

Por Federico PONCE ROJAS

El triunfo de Donald Trump, contra todo pronóstico ahora presidente electo de los Estados Unidos de América, nos lleva a reconocer una vez más que en política no hay nada escrito.

Vendrán tiempos muy difíciles en los que propios y extraños tendrán que convertir retos en oportunidades. Con un congreso republicano, Trump no tendrá obstáculo para integrar una Suprema Corte reaccionaria. Ironías de la política, los Republicanos en bloque gobernarán, legislarán y juzgarán en abierta contradicción con los principios de la República Americana, (Las democracias son mortales, escribía recientemente Enrique Krauze y, ya señalaba Churchill en sus tiempos, los mejores argumentos en contra de la democracia son cinco minutos de conversación con el votante común).

Las heridas en campaña de la sociedad norteamericana quedan abiertas en un país dividido, la diversidad de grupos sociales que integran el pueblo se han instalado en el miedo y los efectos económicos negativos fuera y dentro se dieron, incluso antes de anunciar los resultados de tan polémica elección.

La negociación será la actividad fundamental hacia el interior y en la relación exterior con el país vecino. Los equipos de transición y los de contacto serán los artífices de tender puentes sólidos, hoy inexistentes.

Urge a México, contactos con el Gral. Joseph K. Kellogg, asesor de seguridad nacional y con el senador republicano de Texas John Cornyn entre otros. Que oportuno sería considerar en el equipo de contacto mexicano al abogado binacional Eddie J. Varón Levy (Ex-Diputado Federal, Comisionado Especial para dar Seguimiento a los Fondos Aportados por los Trabajadores Mexicanos Braceros, especialista en Población, Fronteras y Asuntos Migratorios y Relaciones Exteriores, Fellow of The American Bar Foundation) conocedor de la complicada agenda política binacional y amigo de ambos personajes.

En los temas de Justicia, el Procurador General de la República, Raúl Cervantes, tiene los conocimientos, contactos y experiencias necesarias, para abrir una interlocución con la nueva administración en el ámbito del Derecho Internacional. Su experiencia legislativa, no sólo lo hace experto en el cocimiento de tratados, acuerdos y en general documentos que vinculan ambos sistemas de justicia si no que, le permite entender cabalmente al congreso norteamericano conformado en su mayoría en ambas cámaras, por el partido republicano.

En este contexto, cabe recordar las palabras recientes del Secretario de Hacienda de México, José Antonio Meade Kuribreña, tras reciber la presea «Ignacio L Vallarta», en grado de excelencia.  Meade aseguró que las relaciones con los EE.UU. son profundas, sólidas y rebasan por mucho a los gobiernos. La franca interacción étnica, moral, política y comercial -añadió- son los verdaderos lazos de unión entre ambos países. México es el segundo mercado más importante para el vecino del norte con un flujo de gente, comercial y financiero millonario.

Tiempos de paz y reconciliación.