viernes, 28 de octubre de 2016
Cuenta atrás para los manicomios en Perú

genio-o-lucura-dali

miguel-angel-castejonPor Miguel Angel CASTEJÓN

Director de Proyectos y Cooperación de Fundación Manantial, entidad sin ánimo de lucro pionera en la atención integral a personas con problemas de salud mental con sede en Madrid (España) y Lima (Perú).

En Perú todavía existen hospitales psiquiátricos donde no es posible atender las múltiples necesidades de los ciudadanos que los habitan ni garantizar que se respeten sus derechos humanos, al carecer de un enfoque comunitario, participativo, democrático e incluyente que atienda los problemas de salud mental

En Perú, sustentada en la Ley 29889 que modificó el art.11 de la Ley General de Salud y por el Decreto Supremo 33/2015, se ha iniciado en los últimos años en el país la progresiva implantación de un enfoque comunitario para la salud mental. Pero ¿Qué entendemos cuando hablamos de salud mental comunitaria? ¿Qué cambios son necesarios abordar?

Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, del 10 al 12 de octubre celebramos en Lima, Perú, la Conferencia Regional de Salud Mental Comunitaria. … El objetivo de Fundación Manantial y del resto de organizadores del evento ha sido propiciar un espacio de intercambio de experiencias, reflexión y análisis sobre la salud mental comunitaria a nivel nacional e internacional, para contribuir al fortalecimiento conceptual de conocimientos y habilidades de los profesionales de la salud. Participaron más de 400 personas con altos representantes del Ministerio de Salud de Perú así como de profesionales y autoridades de muchos otros países de la región y de América del Norte.

En sus palabras de inauguración, la doctora Silvia Ester Pessah Eljay, Viceministra de Salud Pública de la República de Perú, destacó la importancia de atender los problemas de salud mental —que en un país como Perú suponen la primera causa de enfermedad — desde un cambio en el modelo de atención, en el que actualmente está inmerso el Ministerio de Salud peruano.

Pensamos que en ese cambio de modelo es donde está la clave: un modelo de atención ligado a la Atención Primaria de Salud y a los hospitales generales del país que permita la promoción de modelos alternativos para desarrollar y fortalecer dispositivos más especializados (hospitales de Día o unidades de rehabilitación psicosocial) que brinden cuidados comunitarios. El propósito final de ese cambio sería sustituir definitivamente los «manicomios», es decir, pasar del modelo individual, donde la persona está internada en un centro psiquiátrico aislada y recluida del exterior, a uno donde pueda integrarse en la dinámica de la sociedad y garantizar definitivamente los derechos civiles y humanos de los pacientes aquejados de sufrimiento psíquico, además de ofrecerles una atención de calidad.

“No hay salud mental sin la comunidad” fue el lema elegido y creemos que define a la perfección el reto al que nos enfrentamos. Hace falta ahora desarrollar y hacer realidad la normativa legal que sustenta este proceso y potenciar las maravillosas redes comunitarias de las que disfruta este gran país.

El impulso a este modelo comunitario es labor de todos: de la Dirección General de Salud Mental del MINSA que viene liderando con convicción y pulso firme este proceso de transformación pero también de las autoridades locales y regionales, de la sociedad civil y definitivamente de las comunidades naturales del Perú.

Además, el modelo de salud mental comunitaria responde a las necesidades de las personas, al brindarles una atención integral con prestaciones terapéuticas, rehabilitadoras y de reinserción social, merced a equipos de alta especialización (médicos psiquiatras, psicólogos, terapeutas ocupacionales y del lenguaje, trabajadores sociales, profesionales de enfermería, etc.) capaces de atender las problemáticas más complejas en la propia comunidad en coordinación con las redes asistenciales de la salud general.

Sabemos que la tarea es ardua y compleja y que solo se irá atendiendo tras el esfuerzo continuado durante muchos años. Pero la dificultad debe estimularnos a sumar apoyos y nuestra entidad vive como un privilegio poder contribuir al esfuerzo colectivo de la sociedad peruana para construir una sociedad más justa, más inclusiva, más eficaz y más participativa para quienes padecen a lo largo de su vida algún trastorno mental severo.