viernes, 10 de junio de 2016
El sabor de la victoria y el dolor de la derrota, por Carmen DE CARLOS


sudamericahoy-columnistas-carmen-de-carlos-bioPor Carmen DE CARLOS

La suerte estaba echada aunque las cartas sobre la mesa (los votos) tardaron varios días en mostrarse. A Keiko Fujimori la derrota, por 41.057 sufragios, le debió doler más que hacerse el harakiri. Prueba de ello es lo que tardo en reconocer que había perdido lo que durante semanas pareció que era suyo: la Presidencia de Perú. Ahora empieza otra etapa, la de Pedro Pablo Kuczynski que, por cierto,también es la suya.

Fuerza Popular, el partido de la hija de Alberto Fujimori, tiene mayoría absoluta en el Congreso y eso, es más que mucho. En su mano está ejercer durante los próximos cinco años una oposición constructiva o hacer exactamente lo contrario. En principio, por sus palabras, pareciera que intentará colaborar. «Aceptamos democráticamente -anunció- estos resultados de la ONPE porque somos una organización política seria que respeta al pueblo peruano»

Para facilitarle el camino, el presidente electo, en su primera intervención después de su proclamación oficial, dijo: “A mis contrincantes les ofrezco mi mejor voluntad para dialogar. Y a todos los que nos apoyaron en esta elección, lo mismo”. El mensaje vale también para Verónica Mendoza, la ex candidata izquierdista del Frente Amplio sin cuya ayuda, posiblemente, PPK no sería hoy lo que es.

La declaración de principios de Kuzcynski, cualquier cosa menos ingenuo, vino acompañada de algo parecido a una advertencia: “No confundamos el diálogo con la debilidad. Vamos a se decisivos pero vamos a trabajar para todos los peruanos”.

La Constitución peruana permite disolver el Congreso si éste rechaza dos veces consecutivas la formación de un Gabinete de Gobierno. “Yo prefiero no tener que llegar a eso”, remarcó Kuczynski. La convocatoria de nuevas elecciones, en este caso, exclusivamente legislativas podría terminar con el poder del Fujimorismo en la Cámara y eso, no sería buen negocio para los Fujimori. La gente tiende a subirse a la ola del triunfo y, pragmática, no sería una sorpresa que votará para reforzar la gestión de un Presidente sino le dejan designar Gobierno.

Keiko Fujimori es una mujer joven de 41 años, con dos derrotas a sus espaldas pero también, todavía, la líder de la oposición. Si su partido perdiera lo único que tiene (el Congreso), difícilmente podría permanecer al frente del mismo y su futuro político, posiblemente, estaría en la cuerda floja. Entonces, la hija de Alberto, el hombre que reza por un indulto (o al menos arresto domiciliario) y la hermana de Kenji, el joven que espera su turno, sí que estaría a un paso de hacerse el harakiri.